El Golfo de California es importante área de alimentación, procreación y crianza de especies, entre ellas 35 de mamíferos marinos, 580 variedades de aves marinas, 700 especies de peces, cinco de tortugas y 4 mil 800 de invertebrados. Uno de sus habitantes son las ballenas más grandes del mundo en sus diferentes variedades como la azul, de aleta, jorobada, gris y vaquita marina, esta última habita exclusivamente en el Alto Golfo de California, que es el cetáceo marino (grupo que incluye a las ballenas, delfines y marsopas) más pequeño que existe, su distribución es restringida y está en grave peligro de extinción.
La ballena gris es el cetáceo vivo más primitivo que existe, actualmente. De hecho, es la única especie de la familia de las Eschrichtidae. Los machos adultos llegan a pesar alrededor de 16 toneladas y miden hasta 14.3 metros. Las hembras miden hasta 15 metros y, preñadas, pueden llegar a pesar hasta 30 toneladas.
Cada año, hace un recorrido migratorio en invierno desde el Ártico, viaja 10 mil kilómetros hasta la Península de Baja California, donde se aparea y un año después da a luz a un ballenato que llega a pesar media tonelada y mide 4.6 metros (sólo tienen una cría cada dos años), por lo tanto, son 100 por ciento mexicanas.
Los tres lugares de crianza son Laguna Ojo de Liebre, Laguna San Ignacio y el complejo lagunar Bahía Magdalena. Generalmente, nadan cerca de la costa, a una distancia de 10 kilómetros, viajan en grupos de cuatro a cinco. Cuando están cerca de la costa o de las embarcaciones, realizan el “salto de espionaje”.
Los peligros que les acechan
Desde el siglo XIX la caza de ballenas se convirtió en una industria. En México, entre 1846 a 1974, balleneros de Estados Unidos, Rusia e Inglaterra cazaron 7 mil 200 ballenas grises; entre 1925 a 1929, los noruegos capturaron 179. A mediados del siglo XX se llegó a poner en peligro su existencia, debido a que su captura se realizó sin ninguna restricción.
Según registros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), entre 1997 y 1998, existían 26 mil 300 ballenas grises en el Pacífico Norte Oriental y menos de 100 en el Pacífico Norte Occidental.
Por lo tanto, la amenaza más importante es la cacería comercial que realizan Japón, Noruega e Islandia. A pesar que desde 1986 existe una moratoria a la cacería comercial, estos países continúan la matanza para investigación científica, afirman, aunque eso no es verdad.
Pero no sólo la caza ha sido uno de los factores de riesgo para la ballena, también lo es la contaminación por tóxicos PCB, DDT y metales pesados, derivando altas concentraciones de plomo, encontradas en su corazón, riñones y pulmones, según estudio realizado por investigadores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
La ballena gris es una especie sensible al estrés ecológico y de aguas someras por lo que son vistas muy cerca de la costa en el área estrecha de la plataforma y, por ser una especie costera, le afecta la degradación, pérdida de hábitat y destrucción del fondo marino por la sobrepesca.
Otros factores que ponen en riesgo su vida es el ruido provocado por el tráfico naviero y capturas accidentales en las redes de pesca, siendo ésta una de las principales causas de la muerte de ballenas. El turismo marino inapropiado puede forzar a las ballenas a desplazarse de sus hábitats vitales, mientras que el desarrollo industrial en las áreas de crianza y reproducción amenaza su futuro. Los únicos predadores naturales del cetáceo son las orcas y los tiburones grandes, ya que pueden atacar a las hembras, y sus crías migrarían al norte y, probablemente, puedan morir en ese viaje.
A esos factores se le agregan fenómenos climáticos como “El Niño” o “La Niña”, que cambian la temperatura del mar y reducen la disposición de alimento.
Soluciones para su sobrevivencia
Organizaciones internacionales como el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW), Greenpeace, Comisión Ballenera Internacional (CBI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) muestran preocupación por la poca protección que tiene la ballena en el Golfo de California y en los países mencionados, que cazan al cetáceo sin ninguna restricción y ponen en peligro la vida de la especie.
Los esfuerzos de la CBI en la recuperación de la ballena gris se han tenido resultados exitosos, pero se necesita del apoyo gubernamental de nuestro país, ya que conlleva una responsabilidad, al ubicarse aquí sus áreas de reproducción.
La WWF manifiesta su rechazo a la caza de ballena de aleta y propone una recesión de 10 años en su captura, ya que esta especie está en la lista roja de la Unión Mundial para la Conservación (IUCN) en la categoría de especies amenazadas en la NOM-059 de la Semarnat. Además, mostró su inconformidad por la caza científica de ballenas que practica Japón y las capturas bajo objeción y reserva de Noruega e Islandia.
A través de la alianza WWF, junto con una compañía telefónica mexicana, trabaja con especialistas para sustentar científicamente propuestas de conservación de las ballenas del mar de Cortés, fomenta la capacitación y coordinación de comunidades, socios gubernamentales y no gubernamentales.
Entre sus logros se encuentra el Programa de Investigación de Mamíferos, conjuntamente con la Universidad Autónoma de Baja California Sur y la construcción del Laboratorio de Mamíferos Marinos en Laguna San Ignacio, uno de los sitios más importantes de reproducción y crianza de la ballena gris.
En 1994, México inició su participación en los acuerdos internacionales para la regulación de la cacería de ballenas y decretó refugio de ballenas a la Laguna Ojo de Liebre, el sitio más importante, debido a que ahí las hembras dan a luz a sus ballenatos.
La Ley de Pesca establece las medidas necesarias dirigidas a la protección de mamíferos marinos en el artículo 3 fracción V y el Código Penal Mexicano, en el artículo 254 bis, prohíbe la captura sin autorización o el daño a los mamíferos marinos; la Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente de Baja California Sur faculta al gobierno del estado con autoridad legal para proteger la fauna silvestre y los recursos naturales, en general.
Sin embargo, el año pasado, la senadora panista Eva Contreras presentó un punto de acuerdo en el que exhortó a la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y la Profepa, para que, con el apoyo de las Secretaría de Marina (Sedemar), refuercen la supervisión de las artes de pesca en el Pacífico y Golfo de California para evitar la muerte de ballenas y sus crías, a causa del enmallamiento.
Protegen ballenas en Golfo de California, buen reportaje y gran foto del colosal mamífero http://www.miambiente.com.mx/?p=8403