A nivel mundial se destinan millones de dólares a la industria cosmética, innovando con fórmulas y presentaciones para tener mayor reconocimiento y participación en el mercado. Para probar su eficacia, se estima que 115 millones de animales en el mundo son utilizados en laboratorios para la experimentación y comprobación de substancias.
En Latinoamérica, Brasil, México y Argentina son los países que encabeza están lista de experimentación, datos de la investigación del Nuffield Council on Bioethics. Se calcula que 5 millones son víctimas de estas prácticas, la mayoría de ellos en pruebas para la elaboración de productos cosméticos.
De acuerdo con datos de la Cámara de la Industria de Productos Cosméticos (CANIPEC) de México advierten que el sector del cuidado personal del país es uno de los más importantes en América Latina y se consolida entre los más fuertes a nivel global, mencionan que el mercado mexicano podría seguir creciendo en los próximos años por encima de la media mundial, dado que el consumo per cápita en dólares posiciona al país como el noveno en América Latina y el onceavo en el continente. Al 2017 el valor del mercado de productos de cuidado personal está valuada en casi 169 millones de pesos.
En nuestro país la Ley General de Salud define los producto cosméticos como las sustancias o formulaciones destinadas a ser puestas en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano: epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos, o con los dientes y mucosas bucales, con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, ayudar a modificar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado, corregir los olores corporales o atenuar o prevenir deficiencias o alteraciones en el funcionamiento de la piel sana.
Al ser México el segundo mercado más grande en Latinoamérica y el tercero del continente, las leyes deben ser más estrictas y claras en cuanto el cumplimiento de etiquetado, pruebas microbianas, biológicas y de eficacia para los productos cosméticos antes de ser comercializados para brindar confianza sobre su uso al consumidor final y ser un referente mundial.
Si bien legislativamente se han logrado algunos avances importantes en México en torno a la protección animal, lo cierto es que las normas aún resultan insuficientes; por ejemplo, el artículo 270 de la Ley General de Salud permite e incentiva a los fabricantes, importadores y comercializadores de productos cosméticos a contar con estudios que realicen experimentos en animales.
Para tales efectos, el artículo 190 del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios prescribe que, para comprobar que los productos de perfumería y belleza no causan daño a la salud, deberán llevarse a cabo pruebas de irritación en la piel de diversos animales, así como del índice de sensibilidad e índice de irritación ocular, que son pruebas lesivas y obsoletas que se pueden reemplazar con múltiples alternativas.
La norma derogada NOM-039-SSA1 de 1993 establecía métodos alternativos a las pruebas en animales que resultaban más rápidas y menos costosas, sin embargo, fue sustituida por la NOM-010-STPS-199 y por los métodos generales de análisis MGA0515 para irritabilidad en piel y MGA0516 de irritabilidad ocular, descritos en la undécima edición de la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos, la cual permite realizar pruebas tanto en animales, in vitro y posteriormente en seres humanos.
Por esta razón, Lillian Peregrina, Directora de Costumer Retail Service en la empresa SGS México, menciona que existen métodos alternativos como las pruebas in vitro que emula pruebas con animales y análisis toxicológicos, así como la prueba en paneles humanos que se realiza sobre piel de seres vivos. “Este tipo de métodos es más veraz ya que se realiza directamente sobre el cuerpo humano, en quienes se realiza son personas que voluntariamente participan en muchos casos a cambio de una remuneración” puntualizo.
México busca erradicar la experimentación con animales en la industria cosmética a partir de una iniciativa en el Senado, que es apoyada por diversas organizaciones pro-animal, sin embargo, está ha sido aplazada. La iniciativa con el proyecto de decreto busca reformar y agregar diversas disposiciones a la Ley General de Salud, la Ley Federal de Sanidad Animal y a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y, con ello, diversas sanciones que contemplan, incluso, penas de dos a siete años de prisión.
Actualmente, sólo 37 países del mundo cuentan con prohibiciones totales o parciales de pruebas con animales o prohibiciones de comercio, incluidos todos los países de la Unión Europea, Noruega, India, Nueva Zelanda, Israel y Corea del Sur.
Es de suma importancia que los consumidores tomen conciencia de la adquisición de productos que no están probados en animales poniendo atención a las etiquetas que así lo indican, de esta forma podrá erradicarse esta experimentación desmesurada, además de forjar el respeto a los animales, pues su reconocimiento es el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo y se vincula de manera directa con el respeto de los humanos entre sí.
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