Rafael Cienfuegos Calderón
FELIZÓMETRO.- En la felicidad de la gente no hay gobernante que tenga injerencia. Ninguna de sus acciones provoca esa sensación de estado de ánimo. Si quien gobierna lo hace bien, puede generar, si acaso, satisfacción, si lo hace mal, repudio. Porque la felicidad es relativa, subjetiva y depende de la percepción de cada quién, y porque la evaluación de lo que hace el que gobierna es diversa y parte de un interés, si afecta y/o no cubre las expectativas genera frustración, enojo, decepción y desesperanza, en suma: infelicidad. Habría que preguntar a los familiares de los más de 140 mil despedidos (hasta ahora) del gobierno federal si son felices, felices, felices; si lo son los millones de inscritos en el IMSS e ISSSTE ante la falta de medicamentos, médicos y enfermeras, así como los pacientes del Seguro Popular ante su desaparición, y los internistas que perciben menos de los tres mil 600 pesos que se da a los “ninis”; si los dos millones de hombres y mujeres que carecen de empleo, los casi 30 millones de trabajadores informales sin prestaciones, los 52.4 millones de pobres y los 9.1 millones de pobres extremos, son felices con la situación en que se encuentran; si las niñas y niños que dejaron de asistir a las estancias infantiles rebosan de felicidad bajo el cuidado de un familiar; si están felices quienes dejaron de ser beneficiarios de los programas sociales y ya no reciben el apoyo económico por el cambio en la metodología de los censos; y si a los soldados los hace felices el maltrato, las humillaciones, los insultos y los asesinatos de que son víctimas en su tarea de pacificar al país. El gobernante actual es feliz porque no le preocupa que el crecimiento económico sea de 0.1% o de 0.0, porque en su visión los más de 930 mil becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro forman parte de los nuevos empleos que se están generando, porque los deportistas van a tener becas con el dinero incautado a narcotraficantes y el que se obtenga por la venta de sus propiedades, porque tiene otros datos, porque todo está requetebién, y porque se equivocan sus detractores y críticos. Habría que crear un “felizómetro” a partir del Primer Informe de la era del cambio para medir el grado de felicidad que cause en la gente la reseña de 10 meses de gobierno, de combate a la corrupción, del freno al dispendio, de la baja en los salarios de la alta burocracia, de quitar los moches, de dejar sin pensión a expresidentes, de eliminar el neoliberalismo, la desaparición del Estado Mayor, de no viajar en el avión presidencial, y de los millones de pesos ahorrados.
CONFIANZA.- Irma Eréndira Sandoval: ni un año tenemos cumplidos en este nuevo gobierno, pero la Secretaría de la Función Pública hoy tiene más confianza ciudadana. Ha recibido 40% más denuncias que el año pasado, cerca de 23 mil. La secretaría abrió 18 mil investigaciones por probable corrupción y sancionó a mil 400 servidores públicos entre diciembre y julio. Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados: no he visto que se castigue, por denuncia ante la Fiscalía General de la República, a ningún funcionario.
TERCERO.- El del 1 de septiembre es constitucionalmente el Primer Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero en los 10 meses que lleva como Presidente de la República ya presentó dos. El primer reporte que hizo fue al cumplir 100 días y el segundo el pasado 2 de julio para conmemorar el arrollador triunfo que obtuvo en las urnas. El evento del domingo será a las 11:00 horas en el Palacio Nacional y a las 17:00 horas Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, entregará el documento del informe a la Cámara de Diputados.
ANDANADA.- Para el partido del Trabajo, satélite de Morena, los medios de comunicación forman parte de los poderes fácticos que amenazan el proyecto de la Cuarta Transformación. Por ello el diputado Oscar González Yáñez propondrá que la Cámara de Diputados regule el trabajo informativo que hacen y advierte que si no se hace en el periodo de sesiones que inicia en septiembre, los medios se convertirán en instrumento fundamental de la derecha en las elecciones de 2021 y la presidencial de 2024. Afirma que la Cuarta Transformación solamente gano las elecciones, pero no ha desmantelado los poderes fácticos.
Comentarios Cerrados