POR: Adolfo Montiel Talonia
Andrés Manuel López Obrador todo lo cambia. Rompe con las líneas de la comunicación. Se bajó del pedestal presidencial. Con la conferencia de prensa, de lunes a viernes, transformó el metodismo. Rompió con la costumbre aristocrática de la “palabra del Presidente”. Abrió las puertas de la objeción personal. Con las conferencias mañaneras rompió la tradición. Aprovechó los medios. Diario los utiliza a los medos de comunicación para, él, comunicarse con la sociedad. Y lo logró. La comunicación la dirige él. Y lo mismo hizo para debatir. A diario debate.
Encara los medios, a la prensa. Los periodistas, de todos los medios, preguntan y cuestionan. López Obrador en persona. En vivo. Expone y aclara. Necio con su versión. Intransigente. Debate. Lo más sobresaliente fue abrir las ventanas y las puertas para investigar el “fallido operativo” de Culiacán. Investigar ante y entre los actores. Interrogando. Es único.
Importante: Criticable que se defienda el Gobierno de López Obrador, y el mismo, admitiendo la verdad. La del fracaso. Diciendo que cometieron errores. Y con eso se deslindan de responsabilidad.
Importante: Arrollo con la costumbre. Rompió la tradición de iconos. Ya despojó al Ejército de ser intocables. Los puso a responder sobre el operativo fallido de Culiacán. A dónde va?
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