El estudio Comparativo de Eficiencia Energética en Aire Acondicionado, desarrollado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, (JICA), la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) y la empresa japonesa Daikin, indica que introducir nuevas tecnologías como la inverter minisplit con refrigerante R32, en los sistemas de aire acondicionado en empresas y los hogares representa ahorros del 55% en el consumo de energía eléctrica.
Se estima que equipos con este tipo de tecnologías, al 2030 reducirían 9.6 millones de toneladas de emisiones CO2e, equivalentes a los gases de efecto invernadero emitidos en una central carboeléctrica instalada en Coahuila.
Dicha investigación tiene la finalidad de apoyar a México para cumplir los compromisos del Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali para reducir el 80% del consumo de hidrofluorocarbonos (HFC) en las siguientes décadas. Además, contribuye a mitigar la demanda energética del país.
El sector de aire acondicionado es uno de los principales usuarios de hidrofluorocarbonos (HFC). El más utilizado en sistemas de aire acondicionado residencial y comercial ha sido el refrigerante HCFC-22 que; paulatinamente se ha sustituido por el HFC R-410A y en la actualidad, entre las alternativas de menor Potencial de Calentamiento Global (PCG) están los hidrocarburos y el refrigerante R32 que tiene un PCG de 675, es decir, 68% menor que el R410A.
Dicha investigación se llevó a cabo en dos etapas, en el último trimestre de 2018 y el segundo de 2019 en los edificios públicos en Guadalajara, Monterrey, Mexicali y Cancún.
Durante estos periodos se evaluaron los ahorros energéticos, impactos ambientales y económicos que se podrían alcanzar por la introducción de la tecnología inverter con refrigerante R32 en equipos minisplit.
El comparativo de los dos equipos minisplit: inverter y on-off (convencional) evaluó el porcentaje de ahorro de energía y el impacto climático. Se llevó a cabo un registro de la energía y temperatura bajo distintas condiciones climáticas en las dos etapas antes mencionadas: la primera, en Mexicali, Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México y Cancún y la segunda en Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México. Los resultados arrojaron un ahorro promedio del 55 por ciento, en el consumo de energía eléctrica con la tecnología inverter con refrigerante R32 versus los minisplit on-off con refrigerante R410A.
Cada equipo de aire acondicionado (con una capacidad aproximada de 3,5 kW o 1 TR) fue instalado en cada uno de los edificios sede: Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) en la Ciudad de México, Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Guadalajara, Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Monterrey, las Oficinas de Reconocimiento Aduanero del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en Mexicali y las oficinas administrativas de Diconsa Cancún.
Ambos equipos fueron administrados con un controlador inteligente para operar de manera alternada y mantener condiciones similares de carga térmica.
El Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL) fue el encargado de realizar la medición de consumo energético del estudio mientras que consultores miembros del Colegio de Ingenieros Ambientales de México (CINAM) realizaron el análisis de impacto económico y medioambiental.
Las reducciones de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) identificadas por cada unidad de aire acondicionado, rondan entre 46% y 57%, que de acuerdo con un análisis comparativo del CINAM, son equivalentes a dejar de recorrer entre 6 mil y 31 mil km en un vehículo particular por cada unidad de aire acondicionado que se sustituya.
En México el R32, todavía es un nuevo refrigerante en el mercado, sin embargo, en países como Japón lleva más de 10 años en uso tanto en el sector comercial como en el residencial.
Se informó que este estudio se enmarca en el “Programa de colaboración con el sector privado para la diseminación de tecnologías japonesas de aire acondicionado amigables con el medio ambiente” que fomenta la alianza entre los sectores público y privado para promover la sustentabilidad de estos aparatos que son de uso indispensable en el norte del país y en los grandes sistemas industriales.
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