Al haber agredido a inspectores federales que intentaban asegurar a un felino y un oso en las instalaciones de un circo en la ciudad de Oaxaca y por tanto confinados fuera de su hábitat natural, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) presentó una denuncia de hechos ante la Fiscalía General de la República (FGR) en el Estado, por desobediencia de un mandato legítimo de autoridad.
Dicho aseguramiento deriva de una denuncia popular que fue presentada el día 16 de este mes por el Municipio de Oaxaca de Juárez, sobre un circo que poseía ejemplares de vida silvestre enjaulados y amarrados en condiciones que afectan su necesidad vital y sano desarrollo, aunado a que no son alimentados de la manera adecuada. Lo anterior fue publicado en redes sociales.
Con base en dicha denuncia, la Delegación de la Profepa en Oaxaca emitió el 21 de abril una orden de inspección al “Circo del Oso Ruso”, por la posesión de un tigre de bengala (Panthera tigris) macho, y un oso negro (Ursus americanus) senil macho de aproximadamente 30 años de edad.
Al observar el estado en el que se encuentran los animales, se determinó que, de acuerdo con su tamaño, ambos ocupaban un 50% del espacio en las jaulas, área muy reducida, limitando su movilidad; sin contar con un área de dormitorio, sin los espacios necesarios para ser atendidos de manera inmediata cuando sea necesario.
Se observó también que el circo no cuenta con áreas destinadas a su salvaguarda en caso de contingencias por lluvias, pues en el lugar, el agua se estanca con mucha facilidad; por lo tanto, deben de contar con sistemas alternativos para que los ejemplares se encuentren en un área confortable libre de humedad.
Particularmente, el felino se encontraba en malas condiciones de higiene y era evidente que no se realizaba una limpieza diaria en el sitio de resguardo, lo cual representa un factor de contaminación que como consecuencia podría afectar la salud del ejemplar y de las personas que lo atienden o estén cerca.
Lo descrito, representa actos que contravienen las disposiciones de trato digno y respetuoso de la fauna silvestre, como lo dispone el artículo 29 de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS); de igual forma, durante la visita, el inspeccionado omitió exhibir el Plan de manejo aprobado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y no acreditó la legal procedencia de los ejemplares.
La Procuraduría determinó el aseguramiento precautorio de los ejemplares, con base al artículo 119, fracción VII de la LGVS. No obstante, al señalar al inspeccionado que existía la necesidad de trasladar a los ejemplares a un sitio adecuado para su cuidado y mejores condiciones de vida para su conservación, opuso resistencia y agredió con la participación de otras personas a los inspectores, obstaculizando al personal actuante de la Procuraduría realizar el manejo y traslado del tigre de bengala y del oso negro.
Ante los hechos acontecidos, y considerando que la Procuración de Justicia es una actividad esencial, que deber seguirse realizando, a pesar de la contingencia originada por el COVID19, la Profepa presentó una denuncia ante la Fiscalía por desobediencia de mandato legítimo de la autoridad, tipificado en el artículo 178 del Código Penal Federal.
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