Genaro García Luna
Por más que se intentó crear la idea de que Genaro García Luna había resultado indemne ante el reto de haber aceptado una condecoración colombiana sin contar con el permiso constitucional para ello, la realidad es que el secretario de Seguridad Pública se encuentra en estos momentos en uno de los puntos de mayor debilidad política de toda su carrera política. El problema es en realidad, algo muy simple, pero lejos de ser algo sin importancia. La soberbia del todo poderoso brazo derecho del presidente de la República le llevó a cometer un error infantil. Y a suponer que para obtener el permiso del Congreso para aceptar y usar la citada condecoración, todo lo que tenía que hacer era cumplir el trámite burocrático respectivo. Así, vía la Secretaría de Gobernación como es el caso, se hizo llegar a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión la solicitud del permiso requerido. Al tiempo que García Luna aceptaba en Colombia la medalla.
El problema estalló cuando el trámite de Gobernación se realizó tarde y la papelería correspondiente llegó al Congreso más tarde aún. Y no se le dio trámite. Y entonces, García Luna violaba la ley. Y el escándalo abría serios boquetes en la unidad del gobierno. ¿Es algo menor? Por supuesto que no. Es un error infantil de parte de un alto funcionario federal, una torpeza de una Secretaría de Estado y la demostración de que hay en el gobierno quienes suponen que están por sobre todos los demás. Ahora, García Luna deberá dar marcha atrás y regresar la condecoración. El gobierno deberá trabajar tiempo extra ante Colombia para enderezar las cosas.
Y además, deberá solucionarse el problema del posible juicio político en contra de un hombre que, como García Luna había sido cuestionado en todo lo que es la guerra contra el narcotráfico, en la burda estrategia de los montajes para televisión para dar vida a sus “éxitos” y atacado por el asunto de la señora Florence Cassez que tanto ha costado frente a Francia, sin sufrir rasguño alguno. Ahora, tiene ante sí el problema de haber violado la ley, de intentar burlarse del Congreso y de mostrarse como intocable ante todo mundo. El problema, por más que se quiera minimizar, es bastante serio. Y se da justo en la línea de flotación de un gobierno que ha entrado en una etapa política en la que requiere de menos retos y más respuestas… En tanto, llama la atención el viaja a Francia de Manlio Fabio Beltrones, líder de los senadores del PRI. Invitado por el coordinador del Senado en Francia, el legislador mexicano viajó a la capital francesa. Y celebró un encuentro con su par galo.
Pero, “fuera de agenda”, el titular de Relaciones Exteriores de Francia lanzó una invitación al senador mexicano para un encuentro de análisis de la situación existente entre México y Francia. Justo antes de que llegara a París, la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinoza. Esta reunión que no es poca cosa, tiene que ligarse con aquella que hace algunas semanas, celebró el mismo senador Beltrones con el líder de los demócratas en el Senado estadounidense en la que se acordó destrabar el tema de los migrantes en la agenda de los Estados Unidos. El valor de estos encuentros es por supuesto político, pero es incuestionable que con todo, lo que realmente importa es que se apostó por la solución de problemas, más que por otra cosa… El gobierno de México inició el cabildeo para llevar a Agustín Carstens al control del FMI.
Pero no nos hagamos ilusiones. No debe perderse de vista que el hoy encargado del Banco de México, llegó como titular de la Secretaría de Hacienda al inicio de la actual administración no por su cercanía con los panistas, sino por su trabajo en el mismo FMI. Esto es, el candidato no es un hombre que represente a México, sino al grupo que desde hace tiempo, controla las políticas del Fondo… Por fin el pleito entre el PRI y Javier Lozano, titular del Trabajo, llegó a su punto máximo. El rompimiento no es algo fuera de lo esperado. Es apenas un producto de una situación en la que un expriístas oportunista como el señor Lozano, ha querido ganarse la candidatura del PAN a la Presidencia de la República, en base a ataques e insultos a sus excompañeros de partido.
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