Decidido a no soltar su papel de crítico del pasado, Felipe Calderón dejó ya de lado su rol de presidente de la República, para entrar de lleno a la confrontación partidista. Así, desde el poder que ostenta, pero con evidentes afanes partidistas, el titular del Ejecutivo Federal lanzó una nueva andanada en contra del priísmo, ahora cubierto por el tema de las reformas. Así, con la bandera de las reformas que requiere el país y de los deseos de su administración, culpó a los legisladores, obviamente del PRI, de “lavarse las manos” en la lucha por el avance nacional. No sólo eso, el señor Calderón retomó el tema iniciado en la Universidad de Stanford, para hablar de los culpables del rezago que vive el país. Y de nueva cuenta, todo con la mira puesta en los temas electorales.
Pero, lo mismo que sucedió en la citada universidad estadounidense, lo que queda en realidad a la vista, es el mensaje implícito en todo esto: el presidente de la República está dispuesto a rebasar los límites electorales con tal de buscar el beneficio político para su partido. Lo demás no importa. Y por ello, habrá que tener clara la respuesta de Manlio Fabio Beltrones que habló de la “necedad” de insistir en un período extraordinario de sesiones, cuando aún no hay dictámenes elaborados y, fundamentalmente, cuando no se “ha cumplido” con la necesidad del diálogo que permita el avance en los acuerdos. Total, toda la agenda nacional puesta bajo el interés de los afanes electorales… No deja de llamar la atención que justo antes de la realización del diálogo entre el gobierno y el movimiento encabezado por Javier Sicilia, se logre un golpe de impacto con la captura de José de Jesús Méndez Vargas, conocido como “el Chango”, líder de la Familia michoacana.
Pero el golpe que puede ayudar a fortalecer la posición del gobierno en realidad no hace sino poner de manifiesto la falla fundamental de la estrategia oficial en la guerra contra el narcotráfico y que no es otra que la aplicación de la violencia como eje central. El golpe dado puede tener efectos mediáticos importantes, pero difícilmente significará el fin del problema. Algún grupo tomará el poder en la zona y nada habrá cambiado. Suponer que capturar o matar líderes de los cárteles es la respuesta al problema que enfrenta el país, es en el mejor de los casos, ingenuidad. Y sobre el diálogo, habrá oportunidad de analizar los resultados. Pero podrían no ser todo lo que se quiere que sean… Se cumplió un aniversario de la tragedia en el antro News Divine, en la que, por errores y corrupción, perdieron la vida varios jóvenes en un operativo policiaco. Hubo como es de suponerse, recuerdos, quejas, acusaciones y demás en contra del gobierno de la ciudad. Pero como es costumbre, no sucedió nada.
Y no sucede nada debido a que en la ciudad de México lo que se padece todos los días es precisamente, la inoperancia y corrupción, especialmente en los sectores de la seguridad. La impunidad que en los grandes escándalos como el del “Lobohombo” o el linchamiento en Tlalpan es algo de todos los días, sólo que sin las molestias mediáticas para el gobierno. Los policías en la ciudad esperan la oportunidad para lanzarse en contra de los ciudadanos bajo cualquier pretexto. Y los “operativos” que desde el poder se organizan bajo una larga serie de pretextos, sólo sirven para atacar de “mejor manera” a los ciudadanos. Así, el aniversario de los sucesos en el News Divine no es algo que preocupe a un Marcelo Ebrard mucho más preocupado por alcanzar una nueva candidatura que por responder a las demandas de los capitalinos…
El PRI presentó ante las autoridades electorales una denuncia en contra de Javier Lozano, titular del Trabajo, Alonso Lujambio, de la SEP, y de Ernesto Cordero, de Hacienda, por hacer precampañas electorales, y por utilizar recursos públicos para ello. El PRI no acaba de entender que todo esto es permitido por Felipe Calderón quien se ha convertido en el jefe de la campaña panista. Así, es posible que logren algún fallo a su favor en las trincheras legales. El problema es que desde el poder, la estrategia habrá de mantenerse. ¿De qué otra manera se puede interpretar el accionar del Presidente? Y ¿de qué otra manera puede interpretarse la lucha entre los citados funcionarios por aparecer como candidatos a la candidatura, cuando estamos aún bastante lejos, del inicio de los tiempos electorales?
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