Por Jesús Arellano, Vicepresidente y Director General para la Región Centro de AT&T México.
Si bien el COVID-19 nos obligó a transformar de manera sustancial nuestros hábitos de higiene, socialización, consumo y, por supuesto, trabajo, también nos impulsó a identificar nuevas oportunidades y tener aprendizajes a nivel empresarial que deben ser la base para el inicio de este 2021.
Aprendimos, entre muchas otras cosas, que en la era tecnológica en que vivimos, la conectividad es fundamental: hoy, desde un dispositivo móvil o computadora, podemos realizar de manera fácil y rápida, interacciones como el pago de servicios, compras en línea, entretenimiento y educación. Las nuevas tecnologías, como el uso de plataformas digitales para realizar el trabajo y aprendizaje remoto, crecieron de manera exponencial y cada vez más empresas dan a conocer sus planes de implementación tecnológica y mejora de procesos en este sentido.
El 2020 enseñó de manera particular a los líderes empresariales, que la capacitación de los equipos para enfrentar una contingencia ya no es una opción, sino una necesidad; que tener un plan que permita identificar las tendencias y adecuarse rápidamente a posibles cambios en los diferentes sectores, mercados, políticas, economía, sociedad, salud y tecnología, es una ventaja competitiva.
Nos hemos demostrado a nosotros mismos, que nuestra capacidad de innovación y adaptación es más grande de lo que creíamos. Empresas de todos tamaños y sectores han logrado adaptarse, no sin contratiempos por supuesto, a una nueva manera de operar.
Comprendimos, cuando nos tocó vivirlo personalmente y de manera obligada, que el trabajo a distancia funciona, cuando listos o no, nos vimos en la necesidad de realizar desde casa nuestro trabajo.
Hemos también desarrollado más que nunca nuestra empatía y disposición al trabajo en equipo: desde colaboraciones entre empresas, proveedores, clientes, autoridades y diversos organismos.
Descubrimos nuevas fórmulas para un mejor entendimiento, para una comunicación precisa, oportuna y solidaria cuando entendimos que la incertidumbre y el miedo impactan la productividad y que cuanto más claros sean los objetivos y metas, se reduce la ansiedad y se fortalece la confianza.
Las necesidades de nuestros clientes, que son el centro de todas las decisiones que tomamos, se han modificado con el avance de la contingencia, por lo que hoy más que nunca es necesario estar cerca y conocer lo que requieren y las soluciones más efectivas que podemos ofrecerles.
Es momento de innovar, de no postergar los nuevos negocios, de no dejar las nuevas ideas para después; es el momento ideal y oportuno para quienes piensan diferente.
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