Sustentabilidad

Utilizan modelos numéricos para producir alertas tempranas sobre llegada de sargazo

Las afluencias masivas de sargazo a las playas de la Península de Yucatán, sureste de México generan daño económico y ambiental, por lo que es necesario contar con pronósticos de largo plazo que sirvan para establecer alertas tempranas y tomar decisiones relacionadas con el impacto ecológico, el turismo y la recolección de esta alga, entre otros.

Por ello, la oceanóloga e integrante del Laboratorio de Ingeniería y Procesos Costeros de la Unidad Académica Sisal, del Instituto de Ingeniería, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Eugenia Allende Arandía, trabaja con modelos numéricos con los cuales busca explicar los factores físicos que modulan su llegada a las costas mexicanas y que la información contribuya para la formación de un sistema de alerta temprana de las arribazones.

Los modelos simulan las corrientes oceánicas y usan como herramientas partículas inertes que “liberan” en las regiones donde se observa, mediante imágenes de satélite, manchas de sargazo. Estas partículas se mueven en función de la velocidad de la corriente y el viento.

“Bajo distintos escenarios de condiciones de viento, vemos hasta dónde llegan, encontramos zonas de acumulación, tiempos de arribo, zonas de conectividad, trayectorias, cuántas partículas se desplazan. Las investigaciones hasta ahora sugieren que sólo se necesita el uno por ciento de la magnitud del viento sobre la superficie del océano para que las partículas lleguen a las costas mexicanas y éstas tardarán aproximadamente entre tres y cuatro meses desde el Atlántico Ecuatorial”, indicó.

No tienen propiedades biológicas, es decir, no consideramos la flotabilidad del alga, qué tan rápido se reproduce, cuál es su tasa de crecimiento, pero es importante explicar los factores que modulan la llegada del sargazo a las costas mexicanas, agregó la especialista en Interacción Océano-Atmósfera.

La experta explicó que la dinámica oceánica de la cuenca del Atlántico Ecuatorial -donde se forman estas manchas- ha sido estudiada, se sabe cuáles son las principales corrientes; sin embargo, se requiere analizar más aspectos.

“Es una cuenca con mucha actividad atmosférica, tenemos vientos alisios –aquellos que soplan entre los trópicos-, zona de generación de huracanes, de ciclones tropicales y es importante saber qué tanto estas cuestiones estacionales y la interacción entre el océano y la atmósfera, más los aportes terrestres pueden hacer que estas grandes manchas de sargazo se desplacen hasta el Caribe”, apuntó.

Nosotros estudiamos cómo se transportan en la superficie del océano y cómo es que su trayectoria cambia en función del viento, cuál es la intensidad del viento mínima que se necesita para que entren al Caribe y luego lleguen a las costas mexicanas, en qué época del año y cuánta cantidad de sargazo podría llegar, informó la universitaria.

Se trata de un alga que se traslada superficialmente, aún no hay datos precisos de qué tan profunda puede llegar a ser, características biológicas que los expertos estudian. Es también un ecosistema propio que ofrece descanso para algunos organismos y es zona de alimentación y reproducción para otros. Muere al llegar a las costas.

Tiene una reproducción exponencial, a partir de que se generan manchones en el Atlántico Ecuatorial y migran hacia el noreste por la cuenca del Atlántico.

Quien también trabaja en modelación de procesos climáticos comentó que existen varias teorías sobre las causas que generan las afluencias masivas de sargazo; sin embargo, aún no hay certezas.

Una es la deforestación del Amazonas, lo cual genera una gran aportación de sedimentos y nutrientes al océano que han favorecido su crecimiento. Otra posible explicación es que el cambio en la temperatura del agua en el océano favorece que crezca más; y una última se relaciona con el impacto que ha tenido la urbanización de las zonas costeras.

El Laboratorio de Ingeniería y Procesos Costeros de la Unidad Académica Sisal, del Instituto de Ingeniería, cuenta también con un sistema de videomonitoreo de la zona costera. Una estación se ubica en la unidad académica Sisal, y la otra en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, en Puerto Morelos, Quintana Roo; ambas de la UNAM. En ellas se obtienen imágenes que permiten observar el arribo de sargazo, el cambio de la línea de costa, las barras de arena, el movimiento de las dunas costeras, entre otros.

“Se calcula, por métodos de análisis de imágenes, cuánto es el ancho de la masa de sargazo que llega a la costa y cómo en determinadas épocas del año, las tormentas se llevan el alga; es un ciclo estacional”, precisó Allende Arandía.

Las afluencias masivas del alga coinciden con épocas importantes como la de desove de tortugas en Quintana Roo, lo cual encendió la alerta entre organizaciones sociales y gubernamentales, pues no permiten llegar a los quelonios a la playa.  “Esto tiene un impacto que va más allá de poder recoger o no las algas”, enfatizó la experta.

Cuando el alga empieza a descomponerse, continuó la universitaria, emite gases que son bastante incómodos y afectan el bienestar de las comunidades locales, porque las playas que generalmente se limpian son las de las zonas hoteleras y no las públicas.

“El alga muere al llegar a la costa porque ya no tiene oxigenación, los nutrientes ya no circulan y se forma una capa de alga en descomposición que no deja penetrar luz hacia el interior de la columna de agua y todo lo que está abajo, comienza a morir. Si esta arribazón llega a una zona arrecifal, por ejemplo, donde parte de sus funciones vitales dependen de qué tanta luz llegue, podría morir en cuestión de horas o días”, advirtió la experta.

Una de las líneas de investigación que más se ha fortalecido está relacionada con el uso que se le podría dar, toda vez que ya se utiliza en la industria farmacéutica, agrícola, textil y alimentaria. Un elemento importante es saber si puede establecerse un equilibrio entre la cantidad que se pueda colectar anualmente y los productos que podrían elaborarse, así como la inversión requerida.

Hasta ahora, no es atractivo invertir en estos proyectos ya que el alga no es un recurso disponible, del que se sepa claramente qué cantidad llegará y en qué fecha. La inversión que tiene que hacer el sector privado o el gobierno para procesarla es demasiada para no saber si la materia prima estará disponible, consideró.

“Por ejemplo, en el 2018 se recolectaron 522 mil 226 toneladas de sargazo, con una inversión de 332 millones de pesos; sin embargo, estas son cifras que han sido históricas en las costas mexicanas. Es muy importante tenerlo en cuenta porque mientras más descompuesta esté, menos procesable es esta alga”, advierte la experta.

Insiste en que las afluencias masivas de sargazo son un problema nacional que requiere atención y de sinergias entre el gobierno federal, el estatal, el sector privado y organizaciones no gubernamentales que impulsen proyectos para la toma de decisiones.

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