Enrique Peña Nieto está listo para ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República. Cumplió su palabra, la de no adelantarse a las reglas del Instituto electoral, cumplió con no hablar de precandidatura siendo gobernador del estado de México. Terminó su gobierno con la confirmación de ser un político que cumple su palabra. Cumplió con sus compromisos en los 125 municipios.
Y con más de 6 mil obras públicas. Ahora trabaja en su plataforma política. Dos partidos políticos, PVEM y PANAL, podrán ir en alianza con el PRI para la candidatura de Enrique Peña Nieto. En el PAN la violación a tiempos electorales es parte de su estrategia para sacar candidato. Santiago Creel y Josefina Vázquez, adelantados sin recato. Igual Emilio González, gobernador de Jalisco. Hasta los desinflados, como Alonso Lujambio y Javier Lozano, son testimonios de esos aceleres electorales. Ya saltó Ernesto Cordero, diciendo que arranca después y por ello está abajo en las encuestas, afirma que alcanzará a Josefina. Se espera una voltereta panista.
Y el que lleva 5 años en precampaña es Andrés Manuel López Obrador, con el PT y lo que fue Convergencia. En el PRD empezó como no queriendo el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, pero si hubo acuerdos y pactos a favor de AMLO, Ebrard ya los olvidó, con paciencia entró de lleno en la pista y ya emparejó las encuestas. Es el interrogante mayor, lo que empezó como juego conducido, es competencia real y tendrá resultados inesperados. Eruviel Ávila tomó poseción como gobernador del Estado de México marcando que su gobierno mantendrá un diálogo abierto permanente con todos los sectores de gobierno, desde el federal, estatal y municipal, con todos los sectores políticos y en especial con la población.
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