Opinión

ATISBOS

Quiere el Presidente otro Congreso sometido

Rafael Cienfuegos Calderón

En los más de nueve meses que faltan para que termine la gestión del primer presidente de la transformación (¿?), la campaña político-electoral que está en curso desde agosto de 2021 en Palacio Nacional se centrará en el llamado al “pueblo” para que vote por todos los candidatos de Morena y rémoras al Congreso de la Unión, y en establecer la agenda política y social que deberá seguir y cumplir la mujer que eligió para que sea la  primera que gobierne México.

Lo primero, busca el control del Congreso de la Unión para marcar la agenda legislativa, hacer los cambios que se quieran, convengan u ocurran a la Constitución y ningunear -como hasta ahora- a los partidos de oposición;  lo segundo, persistir en el debilitamiento del Poder Judicial y restar autonomía o desaparecer  los órganos autónomos incómodos por ser contrapeso del Poder Ejecutivo Federal, dar continuidad a los programas sociales y transferir la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En los primeros tres años el mandatario en funciones controló y sometió al Poder Legislativo como resultado de la mayoría calificada que ganó en 2018, y fue por eso que impuso reformas a la Constitución.

En 2021, aunque el resultado electoral no le fue del todo favorable, mantuvo la mayoría absoluta que le dio para modificar diversas leyes secundarias sin  negociación ni consenso con las fuerzas políticas de oposición, como la de la Industria Eléctrica, que dos años después enfrenta amparos y acciones de inconstitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Hasta ahora, dos características fundamentales son las que dominan el Congreso Legislativo: el mayoriteo y aprobación al vapor de iniciativas de reformas a la Constitución y leyes secundarias, y la preponderancia de la agenda del proyecto político de la transformación, incluso por encima de la ley, que se convirtió en regla.

Para dar continuidad al cambio y la transformación –aunque sea de reversa y con involución- el presidente insiste en que es fundamental que Morena obtenga la mayoría calificada en las elecciones del Congreso federal de 2024, por lo que  llama todos los días al “pueblo” para que voté por Morena y partidos que se le cuelgan, sabedor de que la conformación del Poder Legislativo es más o igual de importante que la presidencia en el proceso electoral.

Lo anterior ocurre en un contexto en el que como consecuencia de la imposición presidencial de la agenda, la actual legislatura del Congreso ha sido negligente en el cumplimiento de sus obligaciones, como el trámite de nombramientos, especialmente en órganos autónomos, y en la expedición de normatividad que no es del interés del partido mayoritario, ya sea por su poca retribución política o por apatía e incapacidad.

Para Alexa Lara, consultora especializada en asuntos legislativos en Integralia Consultores (Expansión Política, 28-11-2023) el Congreso desempeñará un papel fundamental durante el próximo sexenio. Las elecciones y las decisiones de las distintas fuerzas políticas definirán si el Legislativo retoma su papel como contrapeso del Ejecutivo, como un ente con una agenda reformista propia y como un foro de debate, diálogo y negociación; o si persisten la polarización, la renuencia a negociar, las malas prácticas legislativas y el comportamiento de algunos legisladores que no hacen más que replicar la narrativa del presidente. En suma, depende de la integración del Congreso y de la moderación de las distintas fuerzas políticas que el país retome un cauce político de mayor diálogo, entendimiento y certidumbre.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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