En la zona de las Altas Montañas de Veracruz, específicamente en la región de Huatusco, se encuentra uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta: el bosque de niebla, también conocido como bosque mesófilo de montaña. Alberga casi el 2% de la riqueza florística mundial y más de mil especies de helechos, el 10% de la diversidad global de estas plantas.
Pablo Hernández Ruíz, fotógrafo originario de esta región, comenzó un proyecto titulado «Dónde crecen los helechos», con el objetivo de documentar la vida y la belleza de este bosque único. Para lograrlo, ha iniciado una campaña de recaudación de fondos que le permitirá adentrarse en la naturaleza.
El joven, quien ha vivido rodeado del bosque de niebla, ha investigado sus características durante años. Destaca que además de su belleza escénica, este ecosistema desempeña un papel fundamental en la regulación hídrica, al capturar agua que alimenta ríos y mantos acuíferos vitales para las comunidades cercanas.
Además, en este hábitat conviven helechos, orquídeas, bromelias, aves y mamíferos, muchos de ellos en peligro de extinción, amenazados por la deforestación y el cambio climático.
«Este proyecto consiste en adentrarse en el bosque para documentarlo y conectar con sus dinámicas a través de la fotografía. Busco generar una conexión emocional con imágenes que evoquen el poder, la tranquilidad, la vida y el movimiento que representan este ecosistema, así como reconocer a quienes trabajan por cuidarlo y restaurarlo», explica Pablo.
La iniciativa no sólo se limita a la producción fotográfica, sino que también busca educar e inspirar a las personas mediante exposiciones, charlas informativas y talleres de fotografía de naturaleza y paisaje.
El apoyo recibido en la campaña será destinado a la producción fotográfica, impresiones para exposiciones en espacios educativos y culturales, y la adquisición de equipo para proyecciones. También organizará charlas y talleres para sensibilizar sobre la importancia del bosque mesófilo y fomentar el interés por su conservación. Finalmente, las donaciones cubrirán aspectos logísticos como transporte, investigación y recursos humanos.
Pablo confía en que la comunidad y todos aquellos interesados en la conservación de este ecosistema se sumen al proyecto con sus donaciones para alcanzar la meta de 250 mil pesos.