El Presidente Felipe Calderón advierte y convoca a impedir “la intromisión de los criminales en la determinación del voto”. Así conmemoró los 101 años de la Revolución Mexicana, con alegoría exclama: “Sufragio efectivo. No reelección”. El PRI se contempla depositario de la Revolución y esa campaña panista, extrañamente sumado el perredismo, de desaparecer la no reelección, era derrumbar esa bandera. Sobre la conmemoración, el Gobierno Federal admite o refiere un país sumido en el crimen organizado y el narco. Ante la muerte de Francisco Blake, secretario de Gobernación, fue nombrado, Alejandro Poiré, y fue distinguido por el Presidente Calderón, para hablar oficialmente el 20 de noviembre. Su discurso fue de alusión a un México sometido por el crimen, al pronunciarse por blindar los procesos electorales, ya que “hay un signo preocupante de grupos delictivos pretendiendo amedrentar a la población”, dijo.
Desde Gobernación se señaló que las elecciones en Michoacán, se vieron intervenidas, bajo intimidación. ¿Por qué se habla así? De acuerdo con los discursos, del Gobierno Federal, conlleva a admitir que México está en manos de las bandas organizadas del crimen. La cifra frecuentemente publicada de 50 mil muertos, es una evidencia nacional de la presencia del crimen organizado. Diez años de gobiernos panistas débiles y limitados de capacidad, han permitido el florecimiento del delito. Ahora, con la pretensión de incluir e inculpar al PRI hablan y muestran videos involucrando al priísmo en Michoacán. Olvidan que el narco es delito federal, compete al Presidente; y la seguridad electoral corresponde al gobernador estatal. Sus advertencias son confirmación del mal que padece el país.
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