El Presidente Felipe Calderón llamó a trabajar en forma conjunta a quienes serán nuevos legisladores federales. Con ellos, principalmente con priístas y sus aliados verdes, deberá construir acuerdos en el resto de su administración. Hoy, es tiempo de dejar atrás los agravios de una campaña que, por parte del virtual expresidente del PAN, Germán Martínez Cázares, estuvo marcada por el signo de la confrontación, según él mismo dijo. Lo consignamos en este espacio hace dos semanas.
Desde luego no se puede hacer a un lado a las otras fuerzas políticas que llegan a la Cámara de Diputados. El acuerdo, los acuerdos, tendrán que ser con todos. Con el PRD, a pesar de sus divisiones. Con el PT y Convergencia. Con el Partido Nueva Alianza. No hay grupos ‘menores’ todos significan algo políticamente. Todos representan a alguien.
Y con ellos, con los grupos parlamentarios y sus partidos, deberán escuchar a aquellos que anularon su voto, a los que ni siquiera se tomaron la molestia de ir a la casilla, a los “que no se sienten representados” ni por organizaciones políticas ni por legisladores. Tampoco por gobiernos municipales, estatales y el federal.
Volvemos a la cuestión de la convocatoria presidencial. Preguntábamos antes de la elección “a qué costo Germán ‘levantó de la lona’ a su partido. Del lugar donde estaba en febrero pasado, siguiendo sus palabras. ¿En la lona? ¿A diez puntos del PRI? Bueno, poco faltó para que esa fuera la diferencia en la votación el pasado 5 de julio. Cara es la factura para Germán, que en la realidad ni siquiera llegó a disminuir esa distancia con el Partido Revolucionario Institucional. Ya se escuchan ahora las voces de reclamo por parte de quienes, al interior de su propia organización, cuestionan semejante estrategia.
Por cierto, mucho se habla de un experto español en asuntos electorales de apellido Solá al que tal vez ya hayan echado del país ¿Un recomendado de José María Aznar? No sería sorprendente, tan apreciado el expresidente español en las filas panistas.
Estrategia cara en los resultados electorales. Cara en las consecuencias políticas. Al Presidente Calderón le fue peor que a Vicente Fox en la elección intermedia. Considerada por muchos, expertos y no, como una valoración de la gestión presidencial. El juicio, le es definitivamente adverso. Aún en Sonora, si bien la gubernatura la ganó el PAN, no ocurrió lo mismo con la legislatura local. Tampoco con los diputados a la LXI Legislatura Federal.
Un juicio adverso a pesar de los resultados de encuestas recientes que lo han ubicado con una aprobación del 7%. Pues no, ya se vio. Si así fuera el triunfo panista habría sido contundente. No es lo mismo preguntar a los encuestados si están de acuerdo con el presidente que preguntar por los resultados de su gestión, por el trabajo de los integrantes de su gabinete. Vamos, no es lo mismo todo ello que expresar aprobación o no en las urnas electorales.
La campaña panista se montó sobre la campaña presidencial contra el crimen organizado y de eso hablan más de doce mil muertos por sus acciones criminales, en el transcurso del sexenio. Y no es, de ninguna manera, un llamado a abandonar la acción contra ese flagelo. No, se pide es que se haga con inteligencia y con “inteligencia”
En fin. Malos los resultados. Sin discusión.
La caída en las preferencias electorales en bastiones tradicionales del panismo ha sido estrepitosa: Jalisco, Querétaro, el llamado corredor azul en el Estado de México, de muy alta significación no son ya de dominio panista e implica que ha llegado el momento de recomponer estructuras de gobierno y políticas públicas.
Pero cuidado. Que esto no llame a engaño a nadie. Lo ocurrido es muestra de que la ciudadanía ha aprendido que su voto cuenta y se cuenta.
Comentarios Cerrados