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La Bestia

 

Hace algunos días salió un reportaje en el periódico español Este País sobre “La Bestia”, tren que atraviesa México de sur a norte, desde la frontera con Guatemala hasta el sueño norteamericano. Haciendo el digno reconocimiento que el periodista Jon Sistiaga merece, por haberse aventurado a una travesía que fácilmente pudo haberle costado la vida, les comparto parte de su reportaje. La historia empieza en Guatemala, donde por tan sólo veinte pesos puedes cruzar el rio Suchiate (donde también se cruzan armas, drogas, tabaco, azúcar); una vez en Chiapas, la verdadera aventura comienza, es hora de subirse a la Bestia.  Para subirse hay que correrle, alcanzar la velocidad del tren (cuando apenas va saliendo) y subirse de un brinco, procurando no caer entre las ruedas, para no perder o un miembro o la vida.  Sin embargo, lo más sencillo es subir, lo complicado es mantenerse con vida en el viaje; hay que dar sobornos y extorsiones entre coyotes, narcos y autoridades; los Zetas y los Maras paran los camiones, los bajan y los matan ahí mismo. Es una zona muy peligrosa, de hecho, pasa por Tamaulipas, donde el año pasado mataron a 72 indocumentados.   Las mujeres no la tienen más fácil, son víctimas de los mismos asaltos, los mismos riesgos y extorsiones, pero además, siete de cada diez mujeres han sufrido de violaciones multitudinarias durante su viaje; de hecho, para ellas es prácticamente un hecho, por lo que antes de subirse al tren toman un anticonceptivo que elimina la ovulación por tres meses (así evitan quedar embarazadas) y algunas otras, contratan un marido por favores sexuales a cambio de protección.  Esta es la historia de la Bestia, la bestia devora hombres, devora ilusiones, en la que se transportan alrededor de 140 mil inmigrantes, principalmente de Centroamérica, con la ilusión de llegar a Estados Unidos y lograr el sueño americano.

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