Ecatepec, Méx.- La Sierra de Guadalupe es una región que, pese a su importancia Medioambiental, no es apreciada por la mayoría de quienes viven en sus alrededores, sino más bien por los habitantes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). La inmensa mayoría de quienes viven en esta área virtualmente desconoce la sierra y su importancia que tiene como captadora de agua, espacio único que alberga una gran diversidad biológica al norte del Distrito Federal. La sierra alberga cerca de 150 especies de las cuales sobresalen los anfibios: sapo y ranita; reptiles: lagartija y las serpientes cincuate y cascabel; entre las aves sobresale el cernícalo americano, correcaminos, carpinteros, gorriones y golondrinas y entre los mamíferos destacan el tlacuache, coyote, zorro, zorrillo, comadreja y gato montés. Su clima, en general, es templado subhúmedo con lluvias durante el verano. Su precipitación oscila entre los 700 y 800 mm y su temperatura entre los 12 y 16 ºC. En la parte oriente, el clima es mucho más seco que en el poniente y centro donde tiende a ser más húmedo, de acuerdo a su vegetación. En la Sierra de Guadalupe se calcula que cerca del 10 por ciento de su superficie se conforma con bosque de encino, 29 con pastizal secundario, 24 xerófito, 17 es bosque cultivado, 10 nopalera, 1 por ciento es matorral de encino y alrededor del 9 por ciento se destina a agricultura o es zona erosionada. Los tres principales problemas que enfrenta y que en su conjunto la exponen a ser un espacio más que puede pasar a la historia como lo que fue un área natura, son los incendios que anualmente destruyen 100 hectáreas; asentamientos irregulares y regulares que hacen que cerca de 20 a 30 hectáreas se pierdan por año, y las actividades incompatibles. Es un lugar ecológico que se puede admirar por toda la población y que se convierte en un lugar de historia y donde todavía la habitan fauna y flora que, en muchos lugares urbanos sólo son recuerdos y hasta simples estampas escolares.
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