La ardilla gris vive en la parte oriental de Norteamérica; y no sólo en los bosques, sino también en los parques y jardines de las ciudades.
Esta especie, junto con la ardilla gris oriental Sciurus griseus, habitante de la parte oeste de Norteamérica, tiene una gran importancia en la naturaleza, ya que constituyen un eslabón fundamental en la cadena alimentaria de los vertebrados terrestres; su gran proliferación está sometida a una constante presión predatoria por parte de los carnívoros, aves rapaces y serpientes de los bosques en que habita este roedor. La función de estos depredadores es necesaria para limitar la excesiva expansión de la ardilla gris, lo cual perjudicaría el equilibrio biológico. Además, se ha descrito un interesante fenómeno de regulación de la población a cargo de los mismos individuos de la especie: cuando su incremento numérico es superior al que podría soportar el ecosistema en que viven, parte de la población realiza largas migraciones en busca de otra zona en la cual asentarse.
En primavera suelen nacer de 3 a 7 crías de cada camada. Se alimentan de frutos, piñones, avellanas, bellotas y algunas veces también de pajarillos y huevos. Almacenan alimentos en el interior de oquedades para consumirlos en invierno.
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