Los residuos peligrosos deben someterse a un manejo que permita reducir su volumen y peligrosidad. El manejo de los residuos peligrosos tiene varios caminos: el reciclaje, la incineración, el reuso, el tratamiento y su confinamiento. El manejo de este tipo de residuos es una herramienta para prevenir la contaminación ambiental, así como los efectos sobre nuestra salud. En México, la capacidad que se ha desarrollado para el manejo de este tipo de residuos ha ido en aumento: en el año 2000 sólo podíamos tratar alrededor de 336 mil toneladas de residuos peligrosos, mientras que en el 2006 alcanzamos una capacidad de manejo de poco más de 7 millones de toneladas. Tanto para el tratamiento como para el reciclaje de los residuos peligrosos es donde se tienen actualmente una mayor capacidad instalada.
Fuente: Semarnat. ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo. Semarnat. México. 2008
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