Más de 250 fragmentos de retablos, nichos, ornamentos y esculturas, testimonios de la destrucción que sufrió la Catedral de Mérida, Yucatán hace casi cien años, durante la Revolución Mexicana, serán sometidos a un minucioso proceso de restauración, a fin de integrarlos al nuevo discurso museográfico del Museo Regional de Antropología de Yucatán “Palacio Cantón”.
Las piezas, que se exhibirán por primera vez en dicho recinto, custodiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), datan de los siglos XVII y XVIII y destacan por su predominante estilo barroco.
De acuerdo con la restauradora Giovana Jaspersen, responsable del proyecto, “de manera preliminar a la intervención se da coherencia a los fragmentos, con el objeto de determinar cuál corresponde con cuál, conocer su estado de conservación y saber qué partes tienen potencial para ser incluidas en el discurso curatorial del Palacio Cantón”.
También, dijo, se realiza el registro fotográfico y escrito de los objetos, además de la investigación histórica para identificar su procedencia o recuperar aspectos de su devenir; será en la etapa final del estudio cuando se determinará qué piezas serán sometidas a una restauración integral.
La especialista del Centro INAH-Yucatán recordó que “en 1915 hubo una fuerte destrucción en la Catedral de Mérida debido al conflicto entre la Iglesia y los revolucionarios; los rebeldes irrumpieron en el templo y destruyeron retablos, decapitaron esculturas y prendieron fuego al Altar Mayor.
“Se sabe que algunas familias yucatecas tomaron varios de esos restos para hacer muebles, y otros más fueron llevados a la bodega de un museo, posteriormente, tales elementos fueron adaptados para exponerlos en el recinto, dicho armado se hizo sin coherencia ni sentido alguno”, dijo.
Puntualizó que en Yucatán la historia de los museos es muy temprana; el primero se creó en 1871 y tuvo diversas sedes en la ciudad de Mérida. Por algunas imágenes que se han recopilado se cree que las piezas de los retablos estuvieron exhibidas —en los años 20— en el Museo Yucateco, que se albergaba en el Antiguo Hospital de San Juan de Dios, situado en un costado de la Catedral. El conjunto colonial de restos de retablos, ornamentos, esculturas y nichos, se integra en total de 252 fragmentos de madera de variadas proporciones, que van desde los 3 cm hasta los 3 m de largo.
Algunos vestigios poseen decoraciones en hoja de oro, característico de la época barroca en México, “aunque en el caso de Yucatán estilísticamente es muy diferente al centro del país, ya que es más sobrio y juega más con los fondos lisos policromados”, refirió la restauradora del INAH.
Respecto al estado de conservación de los fragmentos, la especialista especificó que las policromías presentan deterioro por las malas condiciones de resguardo que tuvieron, además de afectaciones causadas por las modificaciones y armado del que fueron objeto las piezas, en la segunda década del siglo pasado.
Por lo pronto, dijo la restauradora, “vamos a comenzar a evaluar la porción del acervo que va a formar parte del guión, estas piezas recibirán un proceso de restauración completo y el resto se van a registrar e inventariar, y finalmente se depositarán en la bodega del Museo Regional de Antropología de Yucatán ‘Palacio Cantón’. En lo que toca a la restauración, Giovana Jaspersen consideró que comenzará en los primeros meses de este año, cuya tarea implicará el desarrollo de procesos generales de intervención, como limpieza, consolidación, fijado de policromía inestable, eliminación de algunos repintes y reposición de faltantes.
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