El 96 por ciento de la contaminación industrial de país la generan dos empresas paraestatales: Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE). Este dato se dio a conocer en la información que arrojara el primer Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes 2006; antes de que Semarnat maquillara datos.
Las instalaciones de Pemex generan, cada año, 970.8 millones de toneladas de sustancias peligrosas al aire, agua y suelo. En 2012, produjo 930 millones 750 mil barriles de petróleo y para llevar a cabo esta producción utilizó1,315 millones 149 mil 750 metros cúbicos de agua, que se vierte al suelo o mar.
Por su parte, la CFE genera un total de sustancias peligrosas que echa al aire, agua y suelo, de 760.9 millones de toneladas.
Estas dos empresas actúan con toda impunidad, dado que la autoridad encargada de sancionar a los depredadores y contaminadores es el mismo Estado, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), organismos que son jueces y partes.
PEMEX, UNA AMENAZA
Ninguna entidad federativa ni habitante del país se encuentran seguros ante la acción depredadora de Pemex y su actitud irresponsable relacionada con la contaminación que causa con sus fugas, derrames, explosiones y otras formas de polución. El 2013 será un año que se destacará por los accidentes, emergencias y caos medioambientales que causará la paraestatal, como consecuencia de que la mayor parte de sus más de 65,339 kilómetros de ductos se les agotó la vida útil.
De acuerdo con un trabajo de campo de Alejandro Calvillo, la situación es más alarmante. La vida útil de la mayor parte de los ductos se acabó hace décadas y como se encuentran por diversas entidades del país, representan un gran peligro para los mexicanos.
Ante esta situación, no importa que el estado sea productor, refinador o consumidor, todos se encuentran amenazados por la falta de renovación de los ductos que están caducos, sin mantenimiento y abandonados.
El Instituto Nacional de Ecología (INE) establece que los eventos en los que se encuentran involucradas sustancias que implican algún riesgo para el ambiente o la población y que puedan generar la contaminación de suelos y cuerpos de agua son conocidos como “emergencias ambientales”.
De acuerdo con estadísticas de la Profepa, dentro de los compuestos peligrosos más comunes involucrados en emergencias ambientales, se encuentran el petróleo y sus derivados (gasolinas, combustóleo, diésel), agroquímicos, gas LP y natural, entre otros. La evidencia es contundente, 66 por ciento de los derrames son o tienen que ver con hidrocarburos o sus derivados.
De acuerdo con Greenpeace México, Pemex tiene un promedio de derrame por día de 1.33. Este tipo de emergencia ambiental puede presentarse en la masa continental o en el mar, en zonas rurales o urbanas. Esta ONG lleva un registro diario de las desgracias causadas por la paraestatal.
De acuerdo con el estudio Transporte de ductos en Pemex; los retos en los inicios de la segunda década del siglo XXI, presentado y realizado 2011 por Daniel Romo Rico, Arturo Ortiz Ubilla y José Cruz Escamilla Casas, los dos primeros, profesores investigadores de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación en ESIA Ticomán del IPN y el tercero, profesor del Área Académica de Ciencias de la Tierra y Materiales, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, afirman que de 1999 al 2009 Petróleos Mexicanos tuvo 13,765 fugas y derrames.
Particularmente llama la atención el 2000, con 2,946 fugas y derrames (no hablan de explosiones ni de incendios), y 2001, 2,418 emergencias ambientales.
La situación no es distinta en las carboníferas, ni en las termoeléctricas e hidroeléctricas, todas estas instalaciones constituyen un grave deterioro ambiental en todo el territorio nacional.
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