Con la reforma energética en las alforjas como primer paso hacia los acuerdos políticos que destraben la agenda nacional, en el país se dejan ver los asomos de grandes decisiones que ayudarán a modificar completamente el panorama nacional. Primero, es obvio que en el PRD el colapso es real. Y sin importar si la fractura llega a oficializarse, queda claro que Andrés López ha perdido la batalla que tenía que ganar. Y que junto con Marcelo Ebrard, ha puesto en juego no sólo su futuro político, sino el de todo el grupo que le acompaña en su aventura. La derrota no es sólo en la reforma energética, sino en el intento por mantener al país sujeto al conflicto postelectoral. Al quedarse prácticamente sólo en esta batalla, lo que se vislumbra es la pérdida del liderazgo y el fracaso por alcanzar el control total del PRD. A partir de ahora, es Jesús Ortega quien controla las decisiones en el partido del sol azteca.
Y ello significa que candidaturas y promociones quedan bajo su tutela. Y con ello, todo el accionar del partido. Con esta situación, el poder de López Obrador se reduce y mucho. Y aquellos “líderes” que a lo largo de mucho tiempo le fueron “leales”, ahora tendrán que repensar las cosas. Y no se requiere de mucho para entender que el conflicto estalla con el tema de las elecciones federales del año próximo. López Obrador no es apoyo para una candidatura. Y el PRD sabe que es mejor un 13% de la votación sin López Obrador, que un porcentaje no mucho mayor, pero rehenes del mesianismo. La situación aumenta de tensión cuando se recuerda que el país estrenará un nuevo marco electoral. Y de acuerdo a este punto, muchos partidos podrían quedar fuera del escenario nacional. Y esto lo saben todos dentro y fuera del FAP. Así, si López Obrador abandona al PRD, podría quedarse, simplemente, fuera de toda posibilidad de participar en las próximas elecciones. Y esto va también para Ebrard, quien de pronto y sin PRD y sin PANAL podría ver esfumadas todas sus esperanzas por convertirse en candidato…
Este escenario se traslada al gobierno federal. La alianza con Elba Esther Gordillo se encuentra en un punto de rompimiento tácito. La profesora pensó que podría presionar al gobierno en base primero, a lo hecho en las elecciones del 2006 y, después, en función de lo que podría hacer por el panismo en las elecciones del año próximo. Pero el gobierno parece haber decidido que ya no requiere de los servicios de la señora Gordillo. Y Josefina Vázquez Mota se encamina hacia la confrontación total como un paso hacia cambios de fondo en muchos sectores… Otro ajuste importante se aparece en el terreno de la seguridad. Juan Camilo Mouriño no ha podido con el paquete. Y el arribo de Jorge Tello Peón como gran coordinador del sector no es otra cosa que un viso de que el titular de Gobernación perdió ya demasiado terreno. Y como la batalla política pasa por este renglón, los ajustes no parecen lejanos. No por nada el titular de Seguridad Pública apareció como simple jefe de policía ante la amenaza perredista de bloquear el Congreso. Y no por nada el procurador apareció con el problema de la penetración del narcotráfico en la SIEDO. Los problemas están a flor de piel. Y los efectos no pueden ser más negativos. Las decisiones de cambio están muy cerca… El rompimiento de Elba Esther Gordillo con el gobierno conduce, por supuesto, a la soledad electoral con la que el PANAL de la señora Gordillo tendrá que navegar en las elecciones federales. Y la posibilidad de pérdida del registro es mucho más seria de lo que muchos quieren creer… En este mismo escenario debe tenerse en cuenta la irrupción de Vicente Fox en el escenario electoral. Por más que el escándalo se haya formado en torno al famoso “hay que partirle el queso a López Obrador”, lo que verdaderamente trasciende es el ataque en contra del PRI. En otras palabras, el gobierno federal con el PAN de la mano, ha iniciado su estrategia electoral con un ataque directo en contra de los priístas. Con ello, las posiciones se endurecen y, por supuesto, se pone un límite a los acuerdos. La batalla por los votos arrancó ya y el gobierno le apostará a su alianza con Jesús Ortega para vencer al PRI… Pero los problemas no serán fáciles de vencer. Primero, Vicente Fox lo que ha hecho es un llamado a violentar la ley, justo cuando Luis Carlos Ugalde, ex dirigente del IFE, lo ha acusado de haber enturbiado el clima electoral en 2006 y de haber violentado el marco legal para favorecer a Felipe Calderón… Después, se tiene que tener en cuenta todo el efecto de la crisis económica que, diga lo que diga el gobierno, apenas ha iniciado. Y si esto no es suficiente, deberá tenerse muy presente todo el problema del bajo crecimiento de este y el próximo año, lo que se traducirá en nula producción de empleos y en la pérdida de muchas plazas, lo que significa enojo con el gobierno y mucha tensión social. El año electoral ha iniciado y todos los actores están en sus puestos de batalla.
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