La crisis política desatada con la requisa en el caso de la compañía de Luz y Fuerza entró en la etapa del desgaste, pero no de la solución. A querer o no, a este problema se suma el tema de los ajustes en el terreno de los impuestos y el resultado electoral registrado el domingo pasado en Tabasco y en Coahuila. Lo peor del caso es que, discursos aparte, en el gobierno no existe una preocupación real por entender lo que sucede. Es obvio que en el caso del SME todo parece haber quedado resuelto, por más que el sindicato, o parte del mismo, pueda aún mostrar fuerza. No obstante, los efectos colaterales están lejos de estar ya no resueltos. Así, los resultados de los comicios en Coahuila marcan una caída enorme del panismo. Y ello a pesar de la publicidad sobre la “valentía” y la “decisión” del gobierno en el caso del combate a los electricistas. Y esto no deja duda alguna sobre la realidad. A los votantes lo que les importa en estos momentos es el ¿cómo? y el ¿cuándo? se va a resolver la crisis. El gobierno apostó mucho a su golpe de mano en el sector eléctrico. Pero los efectos no parecen ser totalmente positivos. Y si en las elecciones locales no hay avances con los “éxitos” en la mano, la situación entonces se convierte en un problema. Es claro que las elecciones en Tabasco ponen a la vista una debacle para el grupo de Andrés López. Las derrotas perredistas en la entidad natal del mesiánico líder del sureste, es un golpe que llama a la rendición de cuentas. Pero suponer que este es el fin de este movimiento podría ser un error muy serio. Especialmente porque el PAN no logra mayores cosas a cambio. De esta manera, lo que sigue es muy simple. El PT, Convergencia y el PRD reanudan su alianza y se inician los trabajos, con Manuel Camacho a la cabeza, para la reagrupación de fuerzas. Y si bien las dudas son muchas, lo que está a la vista es que se ha iniciado un trabajo de reconstrucción que puede no dar resultados. Pero que igual puede alcanzar muchas cosas. Entre tanto, el gobierno pelea con el Congreso por el proyecto económico, desata una nueva campaña mediática en contra de los rivales políticos y busca, con desesperación, una alianza político electoral que le permita recuperar el camino perdido. El resultado es sencillo de entender. El partido que ganó la Presidencia de la República se encuentra en franca retirada electoral. Y el partido que le disputó la victoria intenta una recomposición de fuerzas. Y ambos carecen del respaldo ciudadano necesario para alcanzar sus objetivos. Finalmente, si ambos partidos quieren lo mismo, son rivales naturales y Andrés López está lleno de insultos y acusaciones en contra de Felipe Calderón… Al inicio de la semana se desarrolló un evento político con el problema del agua como eje. Y el Presidente Felipe Calderón fue el orador estelar del acto. Y como en tantas otras ocasiones, el Primer Mandatario desperdició la gran oportunidad de dar a los ciudadanos un punto de unión y claridad sobre un problema y la ruta crítica para alcanzar las soluciones… En el Distrito Federal, disipado el humo de los reacomodos políticos resultado de las elecciones pasadas, podría pronto, registrarse un listado de hechos importantes.
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