Opinión

Zavaleta es un caso más entre miles de falsos izquierdistas

La nación ha padecido y padecerá los embates de la ultraderecha debido a la inexistencia de una izquierda consolidada y congruente que propicie equilibrios. La mayoría de los militantes de esa ideología ni piensa ni corre por sus venas la sangre de luchadores sociales reales.
Mucha gente se pegunta: ¿Qué tiene de izquierdista Manuel Camacho Solís, conocidos sus antecedentes de priísta, muy en particular como regente del DF? No se olvidan sus manejos oscuros desde entonces con López Obrador y en los cuales participó Marcelo Ebrard. Camacho ingresó al PRD para ser diputado federal y hoy se ufana de encabezar a un frente de partidos, más bien partiditos.
López Obrador fue priísta y sus malas mañas prevalecen. Desde sus caravanas de Tabasco al DF generó mala fama. Se iba del Zócalo con sus congéneres tras de recibir cuantiosas sumas de Ebrard –era secretario general en la Regencia- autorizadas por su jefe Camacho.
No fue por su linda cara que a Ebrard se le haya nombrado -cuando todavía era priísta- secretario de Seguridad Pública a la llegada del “Peje” a la Jefatura de Gobierno del DF. Lo he publicado varias veces, sin recibir réplicas.
Lo de Ruth Zavaleta es un caso más. Se llenó de dignidad como presidenta de la Cámara de Diputados el 1 de septiembre del 2007. Según dijo, “soy una mujer de convicciones y principios, promotora de procesos electorales democráticos, transparentes, equitativos y de respeto al voto”. Por eso, afirmó, no podía recibir el Informe de Calderón, surgido de un proceso electoral cuestionado en su legitimidad por millones de mexicanos.
En aquel septiembre fue evidente la transformación de Zavaleta. Reconoció a Calderón como presidente y se colgó del brazo de la primera dama, Margarita Zavala, en un acto contra las adicciones, las cuales se multiplican cada día. Las convicciones quedaron en la basura.
Y la hoy amiga del secretario de Sedesol, Ernesto Cordero, renunció al PRD ¡porque es bipolar! ¡A qué horas lo descubre!
Afirmó Zavaleta que no se va afiliar al PAN. ¿Pero quién puede saber si Cordero la tiene comisionada en el reparto de dineros de “Oportunidades”?
Son iguales. Ninguno renuncia a la corrupción y se dicen de izquierda. ¿O López Obrador se ha desprendido de su ex secretario René Bejararo, el señor de las ligas que tiene bajo control a varias delegaciones capitalinas frente a la indiferencia de Ebrard?

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