SOLO BASTARON 25 días para que el exjefe de los inspectores de la Setravi (conocidos con los Dantes), Jesús Terrón Serrano, se aliviara de la “enfermedad” que lo obligó a “renunciar” al jugoso puesto que venía desempeñando al mando de 200 supervisores que son el terror de los taxistas y operadores de microbuses en el DF. El exDante mayor reapareció la semana pasada, pero ahora en terrenos de los espectáculos, anunciando que fue invitado a poner la huella de sus manos en el Paseo de la Luminarias de Plaza Galerías.
COMO UN VERDADERO personaje del mundo del espectáculo, mostrando una sonrisa de oreja a oreja y un poco más grueso, Terrón, quien también fue agente de la policía judicial capitalina, corporación donde alcanzó el puesto de comandante, dio la receta de su pronto restablecimiento y de su cabal salud: “sólo hay que bailar danzón”, dijo, “porque este ritmo es pasión, amor, deleite y disfrute de la vida”.
DESDE LUEGO QUE, además del buen humor, el exfuncionario de la Setravi no puede ocultar su situación económica con su fina ropa de trajes y camisas a la medida, además de algunos modelos especiales al estilo de los antiguos “pachucos”, claro en una forma más estilizada pues, al igual que sus cuates que se dedican al baile, se viste con trajes de colores vivos y usa grandes sombrero con una pluma.
EL CALZADO ES otro distintivo de los hombres que, igual que Terrón, usan los bailarines de danzón y otros ritmos en los pocos salones de baile que existen en la ciudad, además de la famosa explanada de la Ciudadela de las calles de Balderas. Los zapatos son de fina piel, hechos a mano y de dos colores, en combinaciones de negro y blanco, azul, gris, verde o café. Este gustito cuesta una buena lana y se ve que al exDante mayor no le falta.
ANTES DEL 20 de octubre, Armando Quintero, titular de la Setravi, anunció cambios y destituciones entre sus más cercanos colaboradores. El primero que salió de la plana mayor de la Setravi fue Jesús Terrón quien, según se afirmó, “renunció por motivos de salud”, ya que estaba enfermo.
PERO 25 DIAS después, reapareció en una sesión de baile en los lugares que acostumbra y ahí anunció que, en reconocimiento a su trayectoria como gran bailarín de danzón, lo invitaron a poner sus manos en cemento para que sus huellas queden grabadas en el Paseo de las Luminarias de Plaza Galerías.
Y CON GRAN SONRISA, recomendó a los funcionarios del gobierno capitalino que “cuando se sienten mal de salud, acudan a la medicina del baile del danzón para que olviden sus penas y recobren la fuerza necesaria para seguir en sus respectivos cargos”, además, afirma el danzonero Terrón, que “el danzón es un buen remedio para la crisis actual”.
AHORA, SEGUN ANUNCIO, va a promover el baile de danzón en todos los lugares públicos, jardines y parques deportivos, como se hace en la Ciudadela, el 18 de Marzo y otros espacios públicos donde se reúnen personas a quienes les gusta el baile, principalmente gente de la tercera edad.
DOS DE LOS inspectores que estuvieron bajo su mando en la Setravi afirman que Terrón puede dedicarse en tiempo completo al baile o la actividad que quiera, ya que no tiene necesidad de trabajar, pues tiene resuelto su futuro económico y es un hombre sin problemas.
EN EFECTO, SE observa que, además de gozar de buena salud, es un hombre feliz.
Vaya hasta q se de mi papa