Uno de los desafíos, no sólo de la reciente Academia Mexicana de Impacto Ambiental (AMIA), sino de todos, es, sin duda, proponer esquemas de evaluación integrales para enfrentar problemas críticos, como el modelo de evaluación estratégica que funciona en otros países, llamado esquema de vanguardia para mitigar los impactos ambientales de los proyectos. Actualmente, en México se evalúan alrededor de 3,500 proyectos al año con un esquema limitado.
Lo anterior lo informó Ricardo Juárez, presidente de la AMIA, en el marco de la su Primera Asamblea en donde estuvo presente la Mesa Directiva y el Consejo Técnico Asesor.
Dijo que el modelo de evaluación ambiental estratégica (EAE) evalúa políticas de forma integral antes que proyectos en particular. Con este modelo se contempla la regulación de proyectos y obras concretas que se desprendan de las políticas y se evalúan todos los impactos, más allá del proyecto en sí mismo y su espacio físico y temporal.
Indicó que la EAE simplificaría muchos procedimientos y reduciría conflictos que hoy son comunes en la gestión de algunas iniciativas. Un ejemplo son los desarrollos de proyectos de energías renovables.
Resaltó que la AMIA fungirá como órgano de consulta de las autoridades ambientales y servir de interlocutor público en términos de políticas, planes, programas y en todo lo relativo a las necesidades de actualización, perfeccionamiento del marco jurídico y normativo de la EIA.
En la AMIA existen unos 500 consultores, aunque no existen un censo que lo verifique, lo que provoca competencia desleal, no hay un tabular para cobrar ni existe un padrón calificado.
Por primera vez en nuestro país, los consultores que participan en la gestión de la evaluación ambiental para proyectos de inversión públicos y privados contarán con una asociación que los represente como voz, sistematice la información, que dé opiniones independientes y contribuya a la profesionalización del sector.
Comentarios Cerrados