Primavera
La mayoría de las versiones acuerdan por origen del vocablo la conjunción de primum virides (primer verdor), aunque consta con menor arraigo el valor correspondiente al de la “primera verdad” (primmus veris) de la vida en las división de los ciclos del año. Vera, el verdor, de verdi suscita los vocablos verdura y vergel.
Un penacho encrespado y el pelaje hirsuto atavían la danza ritual en el lucimiento resonante en trinos y gruñidos, bufidos y relinchos, cuando la ebullición de la sangre demanda un imperio harto de inacción entre el agua, de la espera arrebujada en el nido, en la pendiente, en la cúspide o aquella otra yacente en la planicie o en la fronda, en la madriguera, en las oquedades, en la oscuridad soterrada. Rompe, deshilacha el sudario del sueño gélido, lauda con suave soplo un amanecer después de enlazadas noches veladas con promesas por una verdad múltiple y patricia.
Verano
Verano: deriva de veranum, extensión de la primera verdad del año. Voz en síntesis de viridis anno: el verdor del año. Lo adecuado en lengua española es la palabra en sustantivo masculino: estío, de aestibus y aunque “Verano es de uso general, estío conlleva mayor propiedad en el habla culta o literaria.” (Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.). Estío o estival proceden de aestivia y ésta a su vez de aestus que entraña calor, ardiente.
Abigarramiento colorido de la vitalidad bullente en la savia. Emana de los montes altos un aire fresco, gibas deliciosas pregoneras de la lluvia y en una canción conjugan la multiplicación de los enjambres alados; lluvia escurrida del pelaje a las ondas del cauce llegado al amplio vientre de las grandes aguas. Baja, apacigua el ardor en las pieles y revitaliza al erecto verdor donde arraiga el trinar en lilas, verdes, granates, amarillos, blancos rutilantes. Telúrica continuación acrecida en el recuerdo fugaz de lo cambiante, diluvio minimizado sobre las bancas del jardín, vaivén gozoso.
(Para evitar la generalización inadecuada. Vernáculo, la. [Del lat. Vernaculus]. Adjetivo. Dicho especialmente del idioma o lengua: doméstico, nativo, de nuestra casa o país. Real Academia Española.)
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