De acuerdo a la UNAM; las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) juegan un papel fundamental en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por ello, la próxima meta de esta casa de estudios es desarrollar la educación virtual hasta lograr el aprendizaje electrónico o e-aprendizaje.
Filiberto Felipe Martínez Arellano, especialista del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la UNAM, indicó que “para alcanzar esa fase, basada en recursos de información electrónicos, se requieren espacios o aulas virtuales, donde se encuentren los elementos que faciliten al alumno la generación de conocimiento”.
Cabe señalar que la educación virtual se caracteriza por presentar una serie de ventajas; la principal de ellas es que permite al alumno estudiar y aprender a su propio ritmo en cualquier lugar y hora, sin necesidad de desplazarse. Sin embargo, para que sepa crear su propio conocimiento, debe tener acceso a los recursos de información necesarios y dominar las herramientas para comunicarse con sus compañeros, tutores y otras comunidades de aprendizaje.
Mencionó que “actualmente, la información se ha incrementado y no sólo se presenta en forma impresa, sino también en discos, videos y multimedia, entre otros formatos, y para aprender, la gente requiere de ciertas actividades que pueden resumirse en una sola: localizar, evaluar y utilizar información”.
Para describir cada uno de los recursos de aprendizaje se usan esquemas de metadatos (datos sobre las características y atributos de los mismos recursos), como el Dublin Core o Núcleo de Dublín, que enumera sólo 15 atributos, entre los que destacan el autor del material, el lugar donde se creó, la fecha, el tema, y sus características físicas (video o texto).
Se han formulado otros esquemas más extensos, como el Learning Object Model (LOM), que cuenta con 72 posibilidades para la descripción de recursos de aprendizaje (una de ellas, indica el nivel al que está destinado el material).
Por otro lado, para localizar la información necesaria, la nueva expansión del conocimiento obliga a emplear otras herramientas, como las ontologías, definidas como un conjunto de conceptos organizados jerárquicamente.
Así, por ejemplo, una ontología sobre el concepto pintura incluirá nombres de pintores, escuelas de pintura, obras famosas y otros aspectos que permitirán localizar y asociar todos los objetos relacionados con esa área temática.
Su construcción ha dado lugar a otro nuevo concepto: la web semántica, que no es más que un conjunto de recursos interrelacionados de la web, surgido a partir de las capacidades de interrelación automática de los sistemas.
“Si el establecimiento de los puntos de acceso y la descripción de los objetos de la información se efectúan de manera adecuada, habremos logrado una organización de los recursos de aprendizaje que apoyen este nuevo modelo de educación, de otro modo, seguiremos con la creencia que Internet puede solucionar todos los problemas.
“La red ofrece recursos de información valiosos para apoyar, pero si no se describen adecuadamente sus atributos para identificar su confiabilidad y utilidad pedagógica, habrá dificultades. Se ha dicho muchas veces que poseer grandes cantidades de información sin organizar equivale a no tener nada”, consideró Martínez Arellano.
Además, desde la perspectiva del especialista, los espacios del e-aprendizaje deben contar con contenidos de libre acceso, pero también con otros adquiridos por compra, al igual que las bibliotecas tradicionales.
El éxito o fracaso del nuevo modelo dependerá tanto de las habilidades del profesor para plantear estrategias didácticas que le permitan al alumno construir su propio conocimiento, como de la debida selección y organización de los recursos para que pueda localizarlos, evaluar su utilidad y acceder fácilmente a ellos.
Por lo que se refiere al acceso a la información electrónica, el universitario reconoció la existencia de la llamada brecha digital impuesta por factores económicos, sociales y educativos, entre otros.
“Sin embargo, la sociedad cuenta con un recurso importante para cerrarla: las bibliotecas, particularmente las públicas, pues con ellas cualquier ciudadano puede acceder a la información. Éstas tendrían que organizarse para apoyar el e-aprendizaje, lo que da margen para desarrollar políticas públicas que faciliten el acceso a la información digital en esos espacios”.
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