Sacar de la pobreza a 53.3 millones de mexicanos depende de tres factores: mayor y sólido crecimiento de la economía nacional, y la no presencia de crisis abruptas como las de 1995 y 2008-2009; aprobación de las reformas estructurales financiera, hacendaria y energética, por parte del Congreso de la Unión; y el rediseño de los programas sociales, porque la política de los últimos 20 años ha sido más de contención que de combate efectivo.
Lo anterior fue expuesto por Rosario Robres y Luis Videgaray, titulares de las secretarías de Desarrollo Social (SEDESOL) y Hacienda y Crédito Público (SHCP), en relación a los resultados de la medición de pobreza 2012 que dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Coincidieron en que para el gobierno de la república la única forma de abatir la pobreza es el crecimiento económico, vigoroso, sostenido y mayor que el registrado en las últimas décadas.
La secretaria de Desarrollo Social ratificó el compromiso del Presidente Peña Nieto de abatir la pobreza extrema y la carencia alimentaria a través de La Cruzada Nacional Contra el Hambre, parte sustancial y fundamental en la estrategia social.
Enfatizó: es necesario romper el paradigma de que los pobres no tienen potencial productivo y están condenados a vivir sólo de subsidios. Éstos no modifican la condición estructural de la pobreza; la contienen, la aminoran, pero no la modifican.
Hay que plantear el rediseño de los programas sociales, sobre todo el vínculo de las transferencias monetarias con la actividad productiva para que todos tengan la capacidad de generar su ingreso, con su propio trabajo, su propio potencial productivo y su propia vocación.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, expuso que el gran reto de la economía nacional es el crecimiento potencial. Hay que elevar no sólo el crecimiento de un trimestre a otro, sino la capacidad de crecer en forma sostenida y elevada; es ahí donde se inscribe la agenda de reformas estructurales.
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