Opinión

La ZMCM ya «devoró» más de 60 municipios de Edomex; derivará en «megalópolis» si crece más.

De 1952 a la fecha, es decir, en tan solo 58 años, la Ciudad de México ha “devorado” más de 60 municipios del Estado de México para crear su Zona Metropolitana, con màs de 2,000 kilòmetros cuadrados de “mancha urbana” , una población de 25 millones de seres humanos, aproximadamente y si no deja de crecer se transformarà en “megalòpolis” que se extienda a los Estados de Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos.
Ello supone que los gobiernos del D. F. y del Estado de México tengan que prodigarse en evitar dicho crecimiento, labor en la que necesariamente tendrá que intervenir el gobierno federal, con la creación de polos de desarrollo en el país, para evitar la creciente concentración urbana en la Cuenca del Valle de México, donde los recursos naturales como el agua, la superficie agrícola, las reservas ecológicas, etc se agotan.
El problema es de interés nacional y se cree que el gobierno federal, de acuerdo a estudios de la Asamblea Legislativa, debe iniciar el proceso de desconcentración y crear polos de desarrollo urbano con los satisfactores básicos, en Estados que tienen suficiente agua potable, como, por ejemplo, Chiapas, Tabasco, Veracruz, etc.
A travès de los llamados “nuevos desarrollos urbanos”, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México ha crecido desmesuradamente. El nùmero de conjuntos urbanos en condominio es desproporcionado y dada la fiebre de ganancias a costas de lo inmobiliario, el crecimiento monstruoso en la ZMCM multiplica los problemas.
El Foro Regional Ecologista de la Cuenca del Valle de México advierte sobre el gran riesgo que para millones de personas representa el agigantamiento urbano de la ZMCM con propósito de lucro, puesto que, de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, la extracción de agua potable del subsuelo capitalino ya ha ocasionado hundimientos de màs de 10 metros, durante los ùltimos 50 años, en la antigua zona lacustre de Valle de Chalco, donde ahora se levantan grandes concentraciones humanas en condiciones mìseras, como es el caso de Valle de Chalco, creado durante la administración de Carlos Salinas.
La “megalòpolis” empieza a conformarse, puesto que prácticamente, ya devorò al primer municipio del Estado de Hidalgo, es decir, Tizayuca y a lo largo de la carretera entre la Ciudad de México, se forma un corredor urbano, paulatina e incesantemente, lo que constituye una advertencia que, de acuerdo al criterio del Foro Ecologista de la Cuenca del Valle de México, no debe ser desoìda.
Dicha instituciòn que tiene en su haber valiosos estudios urbanos sobre problemas de crecimiento en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, advierte que después de devorar a Texcoco, la “megalòpolis” continuarà hacia el Estado de Tlaxcala y por el lado de Rìo Frìo, rumbo a Puebla.
Es un hecho, subraya, que el Estado de Morelos ya està siendo devorado por la mancha urbana de la ZMCM, impulsada por la creación de centros turísticos como Oaxtepec y que en dicha entidad, la venta de ejidos como”fraccionamientos” – aunque estos no tienen ningún tipo de servicios públicos, se realiza sin límite alguno. Un caso de la “megalopolizaciòn” incesante, lo constituye el municipio de Amecameca que, no obstante estar en las estribaciones del Iztaccìhuatl y el Popocatèpetl, ya està absorbido por la Ciudad de México.
En la Zona Metropolitana, segùn los estudios realizados por la Asamblea Legislativa, circulan ya màs de 6 millones de automotores, entre registrados y no registrados, mismos que contribuyen de manera sobresaliente, al consumo diario de màs de 48 millones de litros de combustible, cuyos desechos gaseosos, lanzados a la atmósfera, la envenenan en mayor o menor grado, según la orientación de los vientos.
Por los intereses que representan las grandes empresas trasnacionales de la industria automotorìz, el fomento al uso del automóvil no tiene lìmite, porque por doquier surgen los viaductos elevados, los “segundos pisos” que proliferan el uso del automóvil, sobre el transporte masivo. Pero la saturación vehicular que se genera ha motivado que en las “horas pico” – de entrada y salida al trabajo, etc., el desmedido nùmero de vehìculos en circulación provoca que estos se mueva a una velocidad promedio de hasta 8 kilòmetros por hora y que hasta haya parálisis vial en el mismo Periférico.
Hay que prevenir consecuencias graves y unirse los gobiernos federal, de Edomex y del D. F., para evitar que se llegue a la “megalopolizaciòn” en el Valle de México, porque se teme que el “cerebro del paìs” que es la capital, se infarte. r

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Acerca de Manuel Magaña Contreras

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