Estudios científicos sobre la marihuana revelan que su principal ingrediente activo, denominado delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), actualmente presenta concentraciones más elevadas que en décadas pasadas, lo cual hace a esta droga más adictiva.
Ello de acuerdo a la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de los Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés) en los años setenta la marihuana registraba sólo dos por ciento de dicho elemento, mientras que ahora alcanza hasta 20%, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El aumento en la concentración de esta sustancia ha elevado el ingreso a las salas de urgencia por el consumo de esta droga, así como el número de adictos que presentan episodios psicóticos o problemas cardiovasculares.
Otro hecho que agrava la adicción a este estimulante es la temprana edad de los consumidores, asegura la especialista. Además que en el caso estadounidense, advierte, aproximadamente 40% de los jóvenes han consumido Cannabis antes de los 17 años.
Y está comprobado que cuanto más joven se inicia el consumo, más crece el riesgo de generar adicción. En la adolescencia, el cerebro aún se encuentra en desarrollo y es más vulnerable a los efectos adversos de la droga.
“El consumo de la marihuana influye en el apetito, función inmunológica, reproducción, coordinación del movimiento, percepción del dolor, procesos inflamatorios y formación de huesos. Además, altera el sistema cardiovascular, la memoria y la coordinación motora. Todos los sistemas del cuerpo pueden verse afectados”, asegura Nora Volkow.
El año pasado un estudio realizado a jóvenes de entre 13 y 32 años, mostró que quienes consumieron marihuana durante la adolescencia y se volvieron adictos antes de los 18 años disminuyeron ocho puntos de su coeficiente intelectual comparados con aquellos que se volvieron adictos en la edad adulta.
Desde 1979, en el NIDA entrevistan a adolescentes estadounidenses para conocer su opinión sobre las drogas. Y en el caso de la marihuana, la tendencia histórica refleja que el consumo de ésta se eleva considerablemente debido a que no la perciben como peligrosa.
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