La calidad de nuestro futbol corresponde a la que tiene el deporte en México. A su vez éste es reflejo del ser nacional. Es, por desgracia, un ámbito al que no se confiere la importancia que merece como fenómeno social, asunto económico, tema de salud, cuestión de formación. Hablar de los valores que conlleva es lugar común: lealtad, respeto, cohesión, disciplina, conocimiento, solidaridad. Sin embargo, frecuentemente pasan desapercibidos para los responsables de conducir el esfuerzo comunitario desde responsabilidades públicas y privadas.
El deporte debiera ser cuestión de Estado en nuestro país. Los tres poderes, los tres órdenes de gobierno tendrían que ubicarlos en sus programas. Pero también es asunto de la atención privada. Dice Ángel Infante, bien recordado en tareas, recientemente concluidas, de secretario técnico del Sistema de Corresponsabilidad Social Educativa de la SEP. Trataba allí cuestiones vinculadas. De manera significada por convenios como uno instituido con el Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul, A.C. Dice el contador Infante, directivo de la AESCA, “no sólo se trata de salud física y mental, como proponía el fílósofo griego, tiene que ver con la productividad, ámbito económico”.
Sí, es una cuestión de Estado. Tiene que ver con el espíritu de la nación.
Afirma Alberto Aveleyra, antropólogo, (Fragmentos del cuerpo despedazado del tiempo http://artesanosdeltiempo.wordpress.com/about):
“En México, como en gran parte del mundo, se vive el futbol con pasión, es juego ritual en el que jugadores y espectadores experimentan variadas experiencias sensoriales, emocionales, culturales. Centro simbólico, el balón. Con él la experiencia catártica por excelencia de este juego: el gol. En el campo de juego cada uno de los jugadores es guerrero tribal. Esto es más evidente en el Mundial de Futbol, donde los seleccionados encarnan el espíritu guerrero de su pueblo, así podemos ver a la Selección Mexicana vestida de los colores de la bandera. El jugador encarna el espíritu de grupo, al ancestro común y cuando mete gol, mete gol México”.
Asunto cultural, apunté al principio. Lo explica Aveleyra. Por ello el sentimiento de frustración de aficionados, periodistas, comentaristas de televisión, de radio, ampliado en la caja de resonancia de las redes sociales, por la actuación del seleccionado en el hexagonal rumbo a Brasil.
“Increíble lo que en México y en todo el mundo provoca ese fenómeno social llamado futbol. Tal es el impacto que en la sociedad tiene un simple juego, que urge un estudio a fondo realizado por especialistas en la materia, por sociólogos que intenten explicar los porqués de ese inusitado fenómeno… hace falta que expertos en el comportamiento de las masas entren de lleno al asunto para tratar de desentrañar sus misterios, motivaciones y consecuencias… determinar las causas que lo originan y las consecuencias que este fenómeno social (el futbol) tiene entre las distintas aficiones y los diferentes pueblos: Roberto Gómez Junco (Cancha, Oct. 16 del 2013)
Alejandro Mújica, politólogo por la Facultad de Ciencias Políticas y seguidor de Pumas, algún día directivo de Pumitas, uno de esos estudiosos de la conducta social a quienes convoca Gómez Junco, dice: “el problema reside en los intereses extradeportivos del profesionalismo”. Éstos, entre otras cosas, llevaron a la FMF a la institución de torneos cortos. Expresión de mercantilismo puro.
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