PET, recurso millonario desaprovechado

Hace más de dos décadas, realicé una visita de trabajo a la Minera Carbonífera Río Escondido (Micare), ubicada en las afueras de Piedras Negras, Coahuila. Esa visita de trabajo me dejó dos enseñanzas: el excelente sabor de las auténticas fajitas, manjar preparado con lo que vulgarmente se llama ingles del cabrito, y el reciclaje.

En este último caso fue muy ilustrativa la forma en que ingenieros de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) utilizaban las cenizas del carbón extraído de las minas para elaborar tabique para construir las casas de los trabajadores mineros.

El mundo era otro. Dominaba la política; ahora en la cúspide del quehacer humano está la economía. Esto explica muchas cosas.

Del reciclaje ni en sueños se hablaba. No existía en la mente de la humanidad, al menos, no en la de los mexicanos.

Ahora, reciclar es toda una ciencia, a veces; arte, en otras.

Un ejemplo de esto es José Luis Cardoso, un inventor nato que hace de los desechos, especialmente del PET, toda una economía al servicio de las empresas y la sociedad.

Residente en Ecatepec, México, y con estudios truncos de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM, Cardoso dedica a su vida a darle valor al PET y hacer de esta basura una palanca de desarrollo económico para quien lo quiera aprovechar, al mismo tiempo que soluciona uno de los grandes problemas del mundo moderno: deshacerse de la basura.

Entre sus últimos desarrollos técnicos está una máquina para convertir al PET en pintura e impermeabilizante.

Cardoso muestra un cierto dejo de decepción para que grandes empresas adquieran sus inventos.

Un caso concreto fueron las negociaciones para que Comex adquiriera la técnica de elaboración de pinturas, a base del PET, ideada por Cardoso, debido a que a esta empresa la adquirió Sherwin-Williams, cuyo veredicto se obtuvo a finales del año pasado y constituyó la primera gran decisión que tomó la Comisión Federal de Competencia Económica (CFCE).

Sherwin-Williams pagó por Comex 2 mil 340 millones de dólares y las negociaciones entre la empresa mexicana de pinturas y Cardoso se vinieron a tierra.

Comex genera 7 mil empleos directos a los que se suman los 12 mil en sus más de 875 concesionarios que operan 3 mil 200 puntos de venta en todo el país. Tiene 16 plantas, de las cuales ocho se encuentran en México, cinco en Estados Unidos y tres en Canadá. 70% de sus ventas corresponden al mercado nacional y el 30% restante son ingresos en los mercados de Estados Unidos y Canadá, según información de la compañía.

Ante este hecho, Cardoso volteó los ojos hacia las pequeñas y medianas empresa que, en México, generan más del 90 por ciento del empleo regular.

Sostiene que sus máquinas para convertir el PET en pintura o impermeabilizante está disponible para quien desee utilizarlo. El capacitará a los interesados, ofrecimiento que también hizo, en fechas recientes, a la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles Berlanga, para que lo incluya entre sus programas sociales y lleve esta propuesta a todos los rincones del territorio nacional.

La razón es que con este mecanismo de reciclaje se alcanzan varios objetivos: se soluciona el problema del PET, se da empleo a muchos compatriotas, se generan ingresos familiares extras y se limpia el Medio Ambiente.

«Algunas tecnologías las utilizo para capacitar a comunidades de artesanos o grupos de personas interesadas en aprender y aplicarlas a sus actividades y, en la mayoría de los casos, lo hago en forma gratuita».

«Tengo constancias (de esto) expedidas por autoridades municipales, estatales y del Gobierno del Distrito Federal (GDF)», dijo Cardoso.

Explicó que, a lo largo de 30 años aproximadamente, se ha dedicado a la investigación y ha participado en diferentes eventos, como la Iniciativa México 2011; en Cleantech Challenge México 2010 y, actualmente, prepara su participación en un concurso de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), sobre reciclado.

La propuesta presentada a Robles Berlanga es promover la tecnología para fabricar láminas acanaladas de plásticos de basura y llantas, en comunidades indígenas y rurales de nuestro país.

Además, mostró su disposición de dar capacitación en universidades y tecnológicos en las carreras de arquitectura e ingeniería a quienes se interesen sobre esas y otras más tecnologías con que cuenta Cardoso.

Su primer proyecto, en 1980, fue el reciclado de llantas para fabricar materiales de construcción, llamado madera plástica, al aglutinar plásticos y llantas, que, calcula, se desechan, cada año, 40 millones que no se reciclan.

La fabricación de fibras de poliéster a partir del PET, con la máquina que diseñó y que es más barata que las del mercado actual, “puede beneficiar a mucha gente porque hay comunidades donde hace mucho frío y les donan cobijas y este material es lo más cálido que puede haber; si se hicieran máquinas sencillas y baratas, mucha gente reciclaría la basura”, comentó en entrevista anterior.