En cierta ocasión, Alberto Cárdenas Jiménez, siendo secretario de Agricultura (Sagarpa, 2006/2009), hizo un comentario que pasó desapercibido para la mayor parte de los medios de comunicación. En una de sus múltiples conferencia de prensa , dijo que el desierto mexicana comenzaba a florecer. Más tarde, algunas agencias informativas internacionales dieron similares noticias sobre los desiertos mundiales. A casi cinco años de ese comentario parece que la Naturaleza le está dando la razón a Cárdenas Jiménez. Al menos, en los dos últimos años, los regímenes pluviales se han brincado las trancas y este año, en las vísperas de la Primavera, el norte, noreste y noroeste del país continúan registrando lluvias, según los reportes diarios del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). El 70 por ciento del territorio nacional es desértico o semidesértico y este estado de la tierra nacional alcanza ya a ciertas regiones de Tabasco, Chiapas y Oaxaca, tres de las entidades federativas caracterizadas por sus lluvias copiosas. De confirmarse esa afirmación de Cárdenas Jiménez, no sólo México, sino gran parte del Planeta contará con un nuevo nicho para la producción de alimentos que se sumaría a los esfuerzos que hace la academia por hallar nuevas formas de hacer más productiva la tierra cultivable que, curiosamente, grandes extensiones las está comprando China para autoabastecerse de esas materias primas sin depender de segundos o terceros países en la provisión de sus alimentos.
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