Luis Videgaray es un talento mexicano, e internacional, sobre la economía, finanzas y del ámbito fiscal. Pero no brilla, porque la ciudadanía no ve mejoría en sus bolsillos. Enrique Peña Nieto hace un año y medio que ofreció, que al llegar a la Presidencia de la República su compromiso es que los mexicanos tendrían mejor calidad de vida, desde los bolsillos.
El secretario de Hacienda lo sabe. Es el principal compromiso político social y como talentoso economista, también sabe que la política económica tiene que reflejarse en el bienestar de la sociedad. Y la realidad es que Luis Videgaray debe darse frentazos o jalarse los cabellos; parece que mejora la economía estadunidense, dura unas horas y los movimientos se reducen con los gringos. Cierto, México está atado a Gringolandia. Total no la vemos. Dice Videgaray, y dice bien, es sólida la estructura económica mexicana y se sacude, pero no se quiebra. El gabinete económico mantiene el ritmo para alcanzar el 3.9. En este compromiso está la Secretaría de Economía, con Ildefonso Guajardo.
Michoacán
Tesorero de Michoacán, Humberto Suárez, tiene en su memoria la deuda del estado, adquirida con Lázaro Cárdenas Batel y con Leonel Godoy, dos gobiernos perredistas que de las finanzas públicas las convirtieron en la deuda más grande de la historia, rebasando los 17 mil millones de pesos. El tesorero fue aprehendido por peculado y otros delitos. Presuroso él ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas declaró que sobre la honestidad de su hijo Lázaro, el mete “las manos al fuego”; pero la deuda pública Videgaray e Ildefonso Guajardo así dicen.
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