EL VINO SE HACE PARA BEBERSE Y NO GUARDARSE (2)
Un vaso de vino en el momento oportuno, vale más que todas las riquezas de la tierra. Gustav Mahler.
Se dice que las reglas se hicieron para romperse, ¿pero qué sucede si se han de romper todas las reglas?, ¿peor aún cómo pueden romperse las reglas si es que no se conocen?
Si el mundo cae en la ausencia y respeto por toda regla tenderemos a la anarquía social, pero si dentro de la sociedad no se respetan reglas en cuanto al vino ¿paradójicamente estamos viviendo en un mundo de anarquía palativa?
A riesgo de no juzgar usos, gustos y costumbres, sería bueno revisar ciertas y elementales reglas acerca del vino en el ABC del recién formado club de inexpertos que somos pero ávidos por entrar en la cosmología que enmarca la vitivinicultura.
Vinos blancos se llevan con las carnes blancas y los pescados., entiéndanse como carnes blancas, las aves de corral, el cerdo y la ternera principalmente. Así también para las pastas principalmente cremosas, los mariscos y los quesos suaves.
De igual forma, el vino blanco es por excelencia un aperitivo y el primer vino a degustar dentro de una reunión formal sea almuerzo o cena de gala.
Los vinos rosados son los segundos en entrar a escena siendo estos los que mejor compatibilidad tendrán con los productos del mar y aquellas pastas que interactúan directamente con mariscos ejemplo claro un espagueti a la vongole.
Para el tercer acto y en la apoteosis de la obra culinaria entraría el tinto, con su soberbia astringencia y cargado del espíritu dionisíaco. Idílico con las carnes rojas, aves y animales de caza.
Sobre el champagne qué más se puede decir de algo que nació siendo extraordinario y merece ser tomado con toda la pompa y circunstancia que cualquier ocasión amerite ya sea la corona francesa o las joyas de vinos espumosos italianos, españoles y las delicadezas mexicanas.
Los vinos generosos como el jerez y el oporto tal cual como la mañana y la noche, un buen jerez para comenzar y un galante oporto para cerrar la velada.
Si cuando se trate de acompasar esta magna obra con las artesanas manos en los fogones, la regla es sencilla no estropee los alimentos guisándolos con vinos baratos, estos deben de ser perfectamente elaborados con el mismo vino que ha de servirse a la mesa. A esta estrofa la llamaremos la llave perfecta del maridaje.
¿Y cuál ha de ser el vino a elegir?
Bueno eso sólo la experiencia lo ha de demostrar y adentrarse al conocimiento y las cualidades de cada vino, su región, el tipo de uva, las notas de cata que previamente han hecho expertos enólogos en afán de coadyuvar en la toma de decisiones.
¿Que cuál es el mejor vino?
El que usted y su paladar encuentren para la comunión duradera.
¿Que cuál es la temperatura que he de servir el vino y sobre si en particular en México está bien que el vino tinto se sirva frío?
Generalmente los vinos blancos se sirve a una temperatura menor a los tintos eso es cierto, para exaltar sus propiedades. Pero que si está bien refrigerar un tinto en México también es un acierto, porqué se lo menciono generalmente a los tintos los acostumbraban recomendar beberse a la subjetiva temperatura ambiente, y menciono subjetiva porque no es la misma temperatura la que podríamos hablar de Rusia, Francia, Nueva York o las principales ciudades de México que por lo general rebasan los 20°C. Por lo cual siempre también se recomienda servir los tintos en temperaturas que oscilan entre los 12 y los 16°C. Así pues es bueno colocarlo algunos minutos previos al descorche dentro del refrigerador.
Estimado lector, le sugiero lo siguiente enaltezca su ser elaborando algunas viandas, siguiendo las reglas que le he mencionado y deleitándose con alguna de las sinfonías del maestro Mahler.
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