Dicen expertos que percepción es realidad. Carlos Madrazo político tabasqueño de grata memoria, en alguna ocasión dijo: «Si el pueblo dice a las doce del día que es de noche, hay que salir a prender las farolas».
Realidad. Percepción. Señora que vende nieve, en un día lluvioso fuera de temporada, comenta José Manuel López, nuestro subdirector editorial: “El clima cambia porque se movió el eje de la Tierra”.
Ha cambiado el clima.
Así lo hemos apreciado. Entre marzo y abril hemos asistido a fenómenos distintos a los de época, esperados; atípicos, se les nombra.
Lluvias intensas, frío, granizo, vientos fuertes, más granizo, calores veraniegos, más granizo, temblores. Hasta una luna roja, aunque esto ocurrió allá arriba ¿alguien duda de los efectos de la luna en la vida del planeta?
¿Debido a que se movió el eje de la tierra, fenómeno astronómico? Lo cierto es que sí, hay un cambio en su posición, explican astrónomos y geofísicos. Movimiento imperceptible si no se aplican los recursos científicos y tecnológicos de nuestro tiempo. Ah… cuánto ha aumentado y mejorado el conocimiento desde los filósofos griegos hasta los científicos de ahora.
Durante el Foro de Cambio Climático: Riesgos, Adaptación y Mitigación, organizado en el Senado de la República, informa nuestro compañero Juan Carlos Machorro en www.miambiente.com.mx, Mario Molina comentó: la temperatura en el Planeta subirá dos grados sin importar qué acciones haga la humanidad. Agregó el premio Nobel de Química: se debe trabajar en mitigar emisiones de dióxido de carbono mediante mejoramiento de la eficiencia en el transporte, mejores prácticas forestales. construcción de edificaciones inteligentes; sustitución de carbón por gas natural, energía nuclear, eólica, solar, biocombustibles.
En el Cambio Climático la actividad humana es factor.
El hombre tiene que ver en el fenómeno. En el avance de la civilización la destrucción de ecosistemas es incontenible. La emisión de gases de efecto invernadero llegó para quedarse. En 1992 escuché decir al científico veracruzano Julián Adem que si suspendiéramos el consumo de combustibles fósiles, la Tierra tardaría 100 años en conseguir una relativa recuperación. El agotamiento de los recursos naturales; la construcción y agrandamiento de ciudades, con su correspondiente infraestructura; el crecimiento poblacional; el estilo de vida, llevan la existencia a condiciones críticas.
Ante esto debemos tomar decisiones en torno a la forma de vivir. Forma de vivir como conjunto: naciones, familias, pueblos, ciudades, humanidad, individuos. Asumir una nueva filosofía, diría José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, Conabio.
Debemos adoptar conductas congruentes con lo que deseamos para el mundo de mañana. Un mundo que ya no es para nosotros, sino para nuestros hijos. Comportamientos en los que se privilegie la preservación del medio, de sus recursos: aire, agua, tierra, ¿el fuego cuenta? Por supuesto, cuenta. Preservar esos recursos, elementos, con todas sus implicaciones. Debemos asumir conductas, comportamientos, individuales y colectivos, que conduzcan a una humanidad menos angustiada.
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