Me hacen falta tantos,
me hacen falta todos;
me haces falta tú,
(y al final, sin todos ustedes)
me hago falta yo.
—oo—
A su paso le preguntan ¿eres tonto o te llaman las voces de tu mente? Título que una vez dicho queda por piel propia e imperdible descripción.
—oo—
Nadie tendrá…
…el rumor de tus dedos ni el color de tus palabras;
ninguna otra mirada poseerá el arcoíris de tu aroma
ni el batir rumoroso en tus pupilas —nunca (antes o ahora)—,
crecerán en el oído con otras frases solapadas que
desaparecerán de mi ayer, de mi mañana, de mi presente.
No emigrará el eco lustroso/madera de tu piel
ni el voceo de tu nombre por el verdín en el prado,
Podrán las saetas herir con otro compás,
el aire acarrear otros sueños y esperanzas, otros tonos,
el río vendrá desasosegado para romper la calma, pero,
ni nuestro ayer ni tu mañana desaparecerán de mi presente.
—oo—
Juicio personal.
Desde el centro de mi juicio, “mi verdad” posee 129 600 posibilidades/direcciones para manifestarse con un sí rotundo, en una negativa visceral. ¿Cómo ostentar por absoluta “la verdad” personal momentánea?
—oo—
Era un girasol embelesado por un sistema binario,
un latido en la permanencia del éter,
arrebolado, arrebujado pecho cálido perecedero
que es casi redoma para la sublimación.
Forma de piedra en un puño vibrante y tembloroso,
las nubes de los juveniles días asentados en sus ojos
derribaron la visión apenas comprendida.
—oo—
Río de luz que guía a las abejas en su revoloteo
sobre la última onda en el cauce antes de llamarle noche,
huele de noche tutelar de un cocuyo voluptuoso
sobre el verdinegro aroma encarcelado en el recodo.
—oo—
Para ti desconocido, deseo un día común sin ese despertar a medianoche bajo un cielo dorado, flamígero y la destrucción de tus semejantes —dictaminada por la razón de alguna divinidad propia— por los semejantes míos.
—oo—
Amanecer de Hortensia: canto de alondra,
Hortensia: alondra del amanecer,
alondra, amanecer: Hortensia.
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