Las reformas de leyes energéticas se discuten en el Poder Legislativo. Es la reforma más trascendental de los últimos 50 años. Y es el trabajo legislativo más abandonado. El PRD y los gremios de izquierda públicamente están en contra y mantienen una estrategia de desprestigio. El PAN se pronunció a favor de la reforma propuesta por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, apoyada por el PRI; pero la usan de negociación política. Ambos, izquierda y panistas, paran los trabajos, abandonando frecuentemente el debate.
La reforma constitucional ya se hizo. El trabajo legislativo es de leyes secundarias. Diríase que es el manual de cómo se conducirá el sector energético. Encabezado por dos columnas vertebrales, Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. Y filiales. Existe la interrelación con la Naturaleza, como el agua. Y debe contemplar apartados de regeneración de ecosistemas, del aire. Son leyes secundarias, pero en ellas está el territorio mexicano y el Medio Ambiente.
La izquierda amedrenta a inversionistas advirtiéndoles que si invierten en energía de México pueden perder su inversión, porque se realiza una consulta nacional para cancelar las reformas legislativas. Dirigentes del PRD, Jesús Zambrano, entre ellos, han viajado a Estados Unidos a hacer la campaña de intimidación.
Los panistas hablan de federalismo, pero se paran de las mesas de debate, exigiendo que el Gobierno Federal, con el PRI, presione a los Congresos legislativos estatales, para incorporar a la ley las modificaciones electorales y también abandonan para presionar al PRI en la campaña electoral en Nayarit.
Así va la Reforma Energética. Un paso para adelante y otro para atrás. Y un desfile de funcionarios de PEMEX y CFE pasa por las Cámaras Legislativas.
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