RECORDÓ CONACULTA AL BARDO LÍRICO Y CONCISO
Considerado el autor de una poesía breve, pero de construcción perfecta, que logró imprimir en su lírica una expresión relacionada con el impulso juvenil, amor, desilusión, júbilo e ira. Su obra poética consta de 75 poemas reunidos en tres libros: Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1948) y Palabras en reposo (1956). Hablamos de Alí Chumacero, quien fue recordado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes por cumplir 96 años de su nacimiento, el pasado 9 de julio. Él, alguna vez dijo: He escrito poco. No me arrepiento, es mejor dejar una línea perdurable que un grupo de libros que se tire al cesto de la basura. Hay que poner en relieve que dedicó su vida al amor por la poesía y los libros, con generosidad y devoción. De un lado, con una obra breve pero concentrada y poderosa; del otro, cuidando por más de medio siglo la edición de escritores imprescindibles como Octavio Paz, Alfonso Reyes, Juan José Arreola, Carlos Fuentes y Juan Rulfo, entre muchos otros. Fue galardonado con el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (1987), entre otros que recibió, formó parte de los escritores que fundó la revista Tierra Nueva (1940), en la que colaboraron autores como Jorge González Durán, el ensayista y crítico José Luis Martínez y el filósofo Leopoldo Zea. La publicación fue considerada una de las revistas más importantes de todo el ámbito intelectual y artístico hispanoamericano y congregó a un grupo de jóvenes escritores mexicanos que integraron el grupo generacional llamado Los Contemporáneos. El poeta, quien también fungió como redactor de las revistas El Hijo Pródigo y México en la Cultura, suplemento del periódico Novedades; se convirtió en uno de los principales colaboradores culturales de los medios de comunicación; en 1942 empezó a publicar sus escritos en la revista Letras de México. Muere a los 92 años de edad, el 22 de octubre de 2010.
EXPONE DURÁN GUAPIO SU OBRA REFLEJOS DEL ALMA
Después de 34 años de ejercer el periodismo y literatura, Miguel Ángel Durán Guapio decidió recurrir al conceptualismo pictórico pero moderno y vanguardista para ofrecer un diálogo visual con el objetivo de descubrir ese interior tan íntimo de los espectadores que puede estar lleno de alegría… o pesar. Sus estudios incluyen artes visuales y decidió hace tres años que era momento de expresarse pictóricamente utilizando los recursos del dibujo técnico, diseño gráfico, fotografía, pintura y el propio periodismo. Para saber más de este creador, lo invitamos a la exposición Guapio, Pintor Colección Reflejos del Alma, que se inaugura el 16 de julio a las 18 horas en la Biblioteca General del Congreso de la Unión, cito en Tacuba 5, esquina con Allende, Centro Histórico. Él resume todos los colores a cuatro básicos fríos y cálidos: azul y verde, y rojo y amarillo, en lugar de los tres primarios e infinitas mezclas del rojo, amarillo y azul que se han utilizado para imitar la realidad desde antes del medioevo y hasta el Renacimiento y aún más, hasta nuestros días. Durán Guapio asevera que su “conceptualismo rompe con el conceptualismo de principios del siglo pasado”. Asimismo considera hacer algo diferente, que tenga relación con la realidad, pero también con la realidad subyacente del espectador con unas montañas que ve siempre, pero que ahora se las ofrezco como una propuesta para que él mismo le ponga título; es por ello que ninguno de los 25 cuadros que presenta en la muestra, tienen nombre. Entre sus cuadros que más llaman la atención, se encuentra el 6, que asemeja unos limones. Es la alegría y el movimiento del amarillo con la tranquilidad del verde. Puede aún tener mejor interpretación pero de ello depende el diálogo entre el cuadro y el espectador. No deje de admirar el cuadro que presenta a una mujer dormida debajo de la Mujer Dormida; una Mujer Dormida soñando; analice el de las caritas geométricas amarillas en un fondo gris que pueden representar la tristeza y la alegría o el equilibrio la pintura caótica, cuadro que sin embargo muestra en el fondo que no importa nada sino seguir adelante.
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