Con más de 20 brotes de ébola, y su expansión en el Continente Africano, se teme que este virus, que apareció en 1976, esté de regreso y con una capacidad de expansión que puede poner en riesgo al mundo entero, reconociendo a este virus como una de las enfermedades más mortales del mundo, y considerándolo un arma biológica.
Parte del miedo que infunde el ébola, está en su alto índice de mortalidad: previos brotes han tenido un 88% de tasa de mortalidad, es decir, de cada 100, 88 personas morían al contraer el virus. Por el momento, esta tasa se encuentra en 54%, pero puede variar en cualquier momento.
La segunda causa del porqué es un virus tan temido, es su periodo de incubación. Una persona puede tener el virus hasta por tres semanas antes de sentir algún síntoma, tres semanas en las que puede fácilmente contagiar a más personas sin saberlo. Debido a su fácil forma de contagio, el 10% de personas que han contraído el virus, son personal médico.
Y la tercera razón, la principal diría yo, es que no existe cura para el ébola, ni conocimiento concreto de cómo combatirlo o restringirlo. Se sabe que se transmite con el contacto de un animal huésped, principalmente monos, murciélagos, antílopes, y se disemina a través del contacto con sangre, secreciones y fluidos corporales.
Se conocen 5 cepas de virus, con distinto grado de mortalidad, pero sus síntomas son comunes: fiebre, debilidad muscular, dolores de cabeza, dolor de garganta; poco más avanzado viene salpullido, dolor de pecho, hipo, ojos rojos; posteriormente, diarrea, alteración de función renal y del hígado, llegando a sangrados externos e internos.
Afortunadamente, no se conocen casos fuera del Continente Africano, excepto por uno en Estados Unidos, de un investigador que trabajaba con primates infectados, pero que le tocó una cepa no mortífera para humanos. Desafortunadamente, debido a que este virus sólo afecta a países en desarrollo, es mucho más difícil encontrar una cura.
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