Cabe destacar que las comunidades rurales de México aprovechan la vocación forestal y demuestran al mundo que su manejo sustentable sí es posible, trabajo que ha sido impulsada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), que informaron que entre el 60% y el 70% de los bosques de México son manejados directamente por comunidades rurales, con frecuencia, comunidades indígenas, lo cual coloca a nuestro país como el país con más bosque manejado por personas oriundas de dichas regiones.
Pero, el este trabajo se ve frenado por las accione y políticas implementadas por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ello fue informado en la presentación del libro Vuelo de Pájaro, editado por Conabio que parte del análisis de una muestra aleatoria de 100 de estas comunidades ubicadas en los bosques templados de los estados de Durango, Guerrero, Jalisco, Oaxaca y Michoacán.
En conferencia de prensa, David Kaimowitz, director de Desarrollo Sostenible de la Fundación Ford, detalló que si bien existen políticas de buen manejo forestal a cargo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), tanto Semarnat y Profepa conforman un grupo de políticos empeñados en impedir que las comunidades hagan uso de los bosques al establecer sobrerregulaciones excesivas, una exagerada fiscalización y una mala aplicación de los recursos de apoyo federales, aunado a una discrecionalidad de funcionarios que complican los permisos comunitarios con su burocratismo.
En entrevista con Mi Ambiente dijo que México la Conafor promueve el sector forestal y trata de hacerlo; sin embargo, Semarnat y Profepa entienden su mandato de trabajo de reprimir y controlar estas actividades y lo hacen contra las comunidades rurales, y si bien el gobierno no es bueno o malo, sino que lo hacen de mala manera.
Indicó que México es líder en muchos aspecto forestales a diferencia de Latinoamérica, pero el problema es que no se les está dejando trabajar, no somos los mejores ni mucho menos los peores, pero debemos mejorar mucho, enfatizó.
Al respecto, Sergio Madrid, director ejecutivo del CCMSS concordó que no conforme con estas trabas que aplican Semarnat y Profepa, los inspectores de está última se la pasan realizando inspecciones de lo más exhaustivas y haciendo clausuras y multas a comunidades que manejan aprovechamiento de bosques, mientras que a espaldas suyas pasan camiones con madera ilegal.
Por su parte, la Semarnat colabora con un agravante desfase de cifras oficiales para saber desde cuantas comunidades aprovechan los bosque,s que extensión de territorio entra en dicho esquema, y lo único que ambas dependencias miden son los metros cuadrados de madera registrada.
Cabe mencionar que este libro: A vuelo de pájaro, las condiciones de las comunidades con bosques templados en México, es de la autoría de Leticia Merino y Ana Eugenia Martínez, ambas especialistas del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en donde muestran una radiografía de las comunidades forestales mexicanas que controlan y cuidan dos terceras partes de los bosques del país, con sus luces y sombras, sus logros y desafíos.
Por su parte, José Sarukhan, coordinador nacional de la Conabio, en parte aceptó dicha situación indicando que todos los niveles de gobierno han sido pesimos en comprender que el tema de manejo forestal debe ser una prioridad nacional y que ello ha provocado diversos problemas y que si bien se tienen grandes avances, ello aún no es suficiente.
Recordó que, esto en su momento se lo planteó a los expresidentes Fox y Calderón y que pese a ser ya dos años de la actual administración y de los discursos del titular de la misma Semarnat de que México crezca como nunca en manejo forestal; aún no ha podido plantearle al Presidente peña Nieto dicha diatriba.
En el libro presentando se señala que el manejo comunitario de los bosques de México constituye una experiencia pionera a nivel mundial. Aunque poco conocida y valorada en nuestro país, esta práctica ha sido considerada como modelo y replicada por otros países.
El hecho no es fortuito, es el resultado de un conjunto de luchas comunitarias, iniciativas civiles y políticas públicas realizadas a lo largo de los últimos treinta años bajo una mirada más amplia, como expresión del enorme potencial que encierra la cultura campesina en algunas regiones del país.
Se detalló que los aprovechamientos forestales de las comunidades mexicanas desmienten la creencia, muy extendida, de que: ahí donde se aprovecha la madera no puede haber otra cosa más que destrucción, perspectiva ante la cual no existe otra alternativa que establecer el criterio de: no tocar.
En oposición a ello, un número importante de comunidades que realizan aprovechamientos forestales rentables, conservan sus bosques con base en planes de manejo que garantizan, a las futuras generaciones de ejidatarios y comuneros, que en lo ulterior contarán con el recurso.
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