Urbe y Campo

José Manuel López Castro
Luis E. Velasco Yépez

CAMPO Y DESARROLLO
Lo que parecía casi un milagro: hacer productivo el desierto, está siendo una realidad. En Qatar, donde los veranos son largos y calientes y casi nunca llueve, especialistas desarrollan el Proyecto Forestal del Sahara (Sahara Forest Project, SFP), creado como una manera no sólo de cultivar alimentos en el desierto, sino de hacerlo en forma sostenible. “Diseñado para utilizar de lo que ya tenemos suficiente para producir lo que necesitamos, usando desiertos, aguas saladas y CO2 para producir comida, agua y energía”, dicen los impulsores del este proyecto que se desarrolla en la mitad del desierto de Qatar. La construcción del sitio piloto de 10,000 metros cuadrados comenzó en 2012. Fue construido en tierras cerca de la ciudad capital de Doha, adyacente a una fábrica industrial de amoniaco. Las tecnologías incorporadas al proyecto incluyen energía solar concentrada, revegetación e invernaderos enfriados con agua salada. Esta unidad usa el reflejo de espejos y enfocan los rayos solares, amplificando la energía solar capturada. En la siguiente fase, se usará para generar electricidad al alimentar una turbina de vapor. En el piloto, la energía generada es usada para transformar un poco del agua salada en agua fresca. El agua salada enfría los invernaderos, permitiendo un crecimiento durante todo el año. Por lo pronto ya cosecharon pepinos en estos invernaderos que pueden producir tanto como una granja europea, pero están alimentados sólo con luz solar y agua de mar. Trabajadores plantan cebada entre cercos evaporativos. Los cercos enfrían el aire y crean algo así como un microclima – condiciones frías y húmeda que permiten el cultivo exterior que de otra manera no sería posible. La cebada, junto con otros vegetales y granos, se cultivan al lado de los invernaderos en pequeños terrenos rodeados por cercos especiales. Los granos se usarán para alimento y los tallos, cáscaras y raíces serán para composta y para mejorar la tierra. Los micro clima alrededor de las instalaciones promueven el crecimiento de plantas nativas del desierto, que son parte clave del plan de SFP para la revegetación, como la limonium auxillare que juega un rol crucial en combatir la desertificación.

DESASTRES AMBIENTALES POR DOQUIER
Empresario criminal… Es inconcebible, desesperante y decepcionante la ineptitud mostrada hasta el momento por las autoridades medioambientales del gobierno federal. Está bien que sean neófitos y mediocres en la materia, pero que por lo menos usen los recursos del erario público para contratar buenos asesores que les digan qué hacer en momentos de emergencias para atender la debacle ecológica en que se encuentra el país a causa del abuso de los grandes y poderosos empresarios y la ineficiencia perenne de quienes deberían cuidar al país. Al 4 de septiembre en que se cerró esta edición, faltaban dos días para que se cumpliera un mes del escandaloso derrame de diversos y mortales contaminantes de la minera Buenavista del Cobre, ubicada en Cananea. Y desde entonces a la fecha se ha dicho mucho y no se ha actuado. Nadie hace nada para remediar la emergencia ambiental, ni las autoridades ni Germán Larrea, dueño de la minera y de muchas más. Es más, habitantes de Cananea aseguran que todo mundo puede ver que la corriente actual del Río Sonora es color naranja, lo que significa que la minera sigue vertiendo su mortal descarga ante la inactividad de las autoridades. Hay que destacar que mientras las autoridades medioambientales federales nos juran y perjuran que el derrame fue de 40 millones de litros, en Cananea se sabe que fue de 40 millones de metros cúbicos. Otro dato que hay que poner en relieve es que desde los años 90’s, la minera Buenavista del Cobre vertía sus desechos en el Río San Pedro que de Sonora entra a suelo gringo. Como los gringos protestaron por la excesiva contaminación que lleva el caudal, el gobierno mexicano le permitió al multimillonario Germán Larrea contaminar mejor los ríos Bacanuchi y Sonora.

COCHINERO DE PEMEX
Otro que no quiere controlar la contaminación que genera es Petróleos Mexicanos. Ni siquiera tiene capacidad para controlar un derrame de 636 mil litros de petróleo que amenazan con llegar a la presa El Cuchillo que surte de agua dulce a Monterrey y su zona metropolitana. Ojalá que las cosas no empeoren… Y pregunte usted: ¿Qué hacen las autoridades medioambientales federales?, yo le respondo: ¡Nada!, porque no saben qué hacer y están perdidas en el limbo.

Por otra parte, el derrame de gasolina de PEMEX en Arroyo Hondo, Tierra Blanca, Veracruz, avanzó 50 kilómetros y se temía llegara a la laguna María Lizamba, en el municipio de Tres Valles. Durante ese recorrido, la gasolina sembró muerte y desolación. Ahora se ve por doquier montones de animales muertos, entre ellos, peces, anguilas, tortugas, tlacuaches, víboras, conejos, ratones, aves y perros. La preocupación es que ese combustible llegar a la laguna porque ahí causaría mayor mortandad de especies. Y las autoridades medioambientales federales? Bien, gracias. Solamente le juegan a la policía china…

4.3 MILLONES DE PECES MUERTOS
La causa de que cada día aparezcan más peces muertos en la laguna de Cajititlán, localizada en Tlajomulco, Jalisco, es que la empresa Tequila Reserva del Señor (por cierto muy recomendable) vertió desechos de meleza que es miel de caña líquida. Hasta el momento se calcula iban 4.3 millones de peces muertos, algo más que 112 toneladas. La denuncia ante el Ministerio Público de la PGR la hizo el alcalde de Tlajomulco, quien está convencido que la causa de la muerte es dicho vertido, sin embargo, por otra parte sostiene que la calidad de agua en la laguna no pone en riesgo la salud pública de los pobladores. Se le podría creer algo a este politiquillo? Por cierto que Cajititlán es el segundo ejido en el ámbito nacional que es dueño de agua; los habitantes de este ejido son propietarios de 400 hectáreas del agua de la laguna, por lo que están reclamando daños a propiedad privada. Y por favor, ya no me pregunte que hace la autoridad medioambiental federal; ya quedó demostrado y probado de sobra que sirve para nada y para nada.