Hay que admitir que Bungie sabe hacer juegos de disparos en primera persona, puede que la saga de Halo no les guste, pero honor a quien honor merece. Y en esta columna ya he escrito a favor y en contra de esa saga.
Y entonces llega Destiny, y para muchos, yo incluido la comparación con Borderlands es más que obvia.
La forma de jugar es muy simple, pero efectiva, reúnan a sus amigos, maten enemigos, consigan mejoras, vendan las que no les sirvan, conserven las que sí y vuelvan a repetir. Esa fórmula es divertida. Además de que permite alagar la duración del juego.
Pero también hay algo que no me termina de agradar y es que los personajes son genéricos, quesque’ la reina, el narrador, fulano, zutano, mengano, incluso el personaje que elijan será conocido como «el guardia / la guardiana»… aunque en este tipo de juegos, su gracia es la interacción social con otros jugadores, tal vez por eso la historia no es la gran cosa.
Y en cuestión de armas, se pueden llevar 3, cada una pertenece a una clase, tenemos los típicos rifles de asalto, escopetas, rifles de francotirador, armas pesadas, etc. Nada que no hayamos visto antes. De igual forma, al inicio del juego, cuando creamos a nuestro personaje, podremos elegir una de tres clases, Hunter, Titan y Warlocks, cada clase tiene sus habilidades, el primero permite usar un revolver y matar, la gran mayoría de las veces, a los enemigos de un solo tiro, el segundo golpea el piso y crea una onda expansiva que daña todo a su alrededor y, finalmente, el tercero lanza una bola de energía que explota. Conforme vayan subiendo de nivel irán desbloqueando nuevas habilidades.
Destiny no es para todos, de hecho, en mi caso que no me gusta jugar en línea el juego no es de mi total agrado, pero ojo, ese soy yo. Pero estoy plenamente consciente que no por ello es malo, pero si deben de tener en cuenta que este tipo de juegos requieren que le dediquen mucho tiempo y deben ser disfrutados en compañía de amigos que también tengan el tiempo suficiente para ir perfeccionando su personaje.
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