La organización El Barzon, denunció que la participación de México en la 20 Reunión de las Partes (COP20), en Lima, Perú, fue insignificante y que muestra de ello fue la visita relámpago del Presidente Enrique Peña Nieto a la misma en donde declaró que en su presentación de la Declaración de los Presidentes de la Alianza del Pacífico en materia de Cambio Climático, temas, que El Barzón, indica son una lista de ambigüedades y en donde no anunció ningún compromiso concreto para hacer frente a la emergencia del Cambio Climático.
En lugar de presentarse en una acto que resultó en un sinsentido, hubiese sido más conveniente que Peña Nieto permaneciera en México para hacer frente a la grave crisis interna causada por la devaluación del peso, la caída del precio del petróleo y sobre todo el descontento generalizado por los terribles hechos ocurridos en Iguala el 26 de Septiembre.
En comunicado de prensa, se detalló que el anuncio más destacado que se hizo, la aportación de 10 millones de dólares al Fondo Verde para el Clima y 20 millones de dólares para el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, constituye un refrito del anunció que ya había hecho durante la semana del clima en Nueva York el pasado Septiembre.
Más allá del discurso, la realidad es que el modelo de desarrollo que el gobierno mexicano impulsó con las reformas estructurales es incompatible con las declaraciones por una economía sostenible e inclusiva. Denotando la pasividad y comparsa que la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) ha sido en este caso, permitiendo que las nuevas leyes energéticas permitan que se caiga en un futuro caos ambiental, pese a todos los discursos vacíos enunciados por Juan José Guerra Abud, su titular.
Peña Nieto presenta ante el mundo que la reforma energética trae consigo algo así como una revolución verde, con el gas natural como la panacea de las energías limpias. Nada más alejado de la realidad, por el contrario, además de que el gas natural es un combustible fósil, nuestro país es completamente dependiente de la importación de este combustible; por otro lado, su extracción en nuestro territorio representa la destrucción absoluta del medio ambiente, a través de la técnica de fractura hidráulica, que además de representar un peligro para la salud humana, la inversión hídrica condenaría a millones de mexicanos a una sequía permanente. Esto debido a que de los 653 acuíferos en México, 109 están sobreexplotados.
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