Xavier Chiappa Carrara, coordinador General de la Unidad Académica Sisal (UAS) de la UNAM, dijo que “desde nuestra llegada a Yucatán hemos trabajado en el humedal costero, sistema fundamental para los demás hábitats de las costas, como los manglares en su conservación de biodiversidad”.
Indicó que son frecuentes las discusiones sobre la importancia de los manglares y los servicios ecosistémicos que brindan, pero hasta hace relativamente poco se les consideraba sin utilidad. Aún hoy, estas formaciones vegetales compuestas por varias especies de mangle que forman bosques en los que está presente una o varias especies, son valorados como hervideros de mosquitos y “otros bichos”, resaltó.
En comunicado de prensa la UNAM, detalló que este grupo de investigadores que encabeza se ha dedicado a estudiar la biodiversidad de los humedales costeros y a entender cómo la energía del Sol se transfiere por los diversos niveles o eslabones de la cadena alimentaria para permitir que numerosas especies, vegetales y animales, se desarrollen en una zona que demanda lidiar con las condiciones marinas, salobres y dulceacuícolas.
Declaró que “son importantes para el desarrollo de larvas y juveniles de peces, crustáceos y moluscos, de tal suerte que algunos investigadores los consideran como guarderías en las que se crían organismos que serán aprovechados en otros sitios”.
Se han realizado investigaciones para estudiar la salud del manglar dentro del área de una reserva, al comparar sus coberturas con las que tienen los aledaños a las poblaciones. Utilizaron tecnología satelital, que permite observar grandes franjas de territorio.
“La hipótesis era que el manglar en las zonas de reserva estaría mejor conservado que otros, pero no se encontraron diferencias importantes que nos permitieran confirmarlo. En general, la salud de este ecosistema en la costa norte de Yucatán es bastante buena”, aseguró Chiappa Carrara.
Se detalló que la UNAM tiene un convenio de colaboración con la Universidad Autónoma del Carmen, UNACAR, en Ciudad del Carmen, Campeche.
El mangle es una especie protegida, cuyo comercio está prohibido; por ello, en la UNACAR, con los permisos correspondientes de todas las autoridades, siguen dos rutas.
Por una parte, entregan plantas de mangle a cooperativas de la sociedad civil que se dedican a la restauración a través de programas que impulsa la Comisión Nacional Forestal. Por la otra, hacen donaciones a los gobiernos de Campeche y Yucatán, con lo cual las propias autoridades participan en los programas de restauración.
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