La investigadora mexicana, Isabel Studer, durante el Yale Climate Change Dialogue en donde los diálogos se centraron en que los líderes del sector empresarial y otros actores no gubernamentales deben asumir el liderazgo para tomar acciones concretas para atender el reto del cambio climático, fortalecer el financiamiento de energías limpias y mejorar las métricas de desempeño que den credibilidad a dichas acciones.
Ello con base a tener bases científicas en preparación a la 21ª Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP21, por sus siglas en inglés) que tendrá lugar en París en diciembre de este año.
Por ello, estos investigadores reunidos en la Universidad de Yale (EEUU) buscan impulsar soluciones a los retos que se han presentado en torno a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y aumentar el financiamiento a las energías limpias.
Por su parte, Isabel Studer, directora fundadora del Instituto Global para la Sostenibilidad (IGS) del EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, dijo que “el objetivo es proponer ideas para resolver el punto muerto que ha estancado las negociaciones climáticas durante 20 años.
Por otro, proponer un marco para documentar las iniciativas que ya existen en la sociedad, en particular por parte de las empresas, para transformar el cambio climático en una oportunidad para la innovación y la creación de nuevos negocios. A través de esta plataforma, este grupo busca construir un nuevo modelo de relaciones internacionales que permita dar solución al cambio climático y a otros problemas de la sostenibilidad global”, comentó.
El grupo de expertos internacionales reunidos en Nueva York, y convocados por la Universidad de Yale, fijó tres objetivos concretos para reforzar y adecuar la agenda en la materia para este año de cara a la COP 21:
Comprometer a un grupo más amplio de líderes para comprometerse a tomar acciones concretas frente al cambio climático y de cara a la COP21 en París 2015, incluyendo no solo entidades gubernamentales de ciudades, estados o provincias, municipios, sino también empresas y sociedad civil.
Fortalecer el financiamiento de energías limpias bajando las barreras a la inversión del sector privado y hacer de este una pieza clave en la transición energética.
Mejorar las métricas de desempeño para el siglo XXI y aumentar la responsabilidad y rendición de cuentas.
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