Sustentabilidad

Detiene Cambio Climático crecimiento de árboles en la Patagonia

El Cambio Climático es el tema ambiental y económico del momento de ahí la importancia de seguir analizando sus impactos en la humanidad y los ecosistemas, siendo algunos sitios muy vulnerables a su presencia como es la Patagonia, Chile en el territorio austral del planeta en donde se tiene especial supervisión por el aumento global de la temperatura.

En especial en una extensa área poco intervenida, con la consiguiente obligación ética de Por ello, científicos del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), de la Región de Aysén, estudian los centenarios bosques de lenga mediante experimentos controlados y en condiciones extremas, intentando descubrir en el intocado sur austral las respuestas que en Europa, Estados Unidos y otras latitudes, producto de la acción humana a gran escala, son imposibles de encontrar.

Su trabajo lo realizan en la periferia de distribución de las especies vegetales, en este caso en el límite arbóreo de altura.  En estas zonas resulta más factible medir los efectos de los cambios globales, ya que un grado más o menos de temperatura puede marcar la diferencia entre la vida o la muerte masiva de los árboles.  Una de las preguntas que se hacen estos investigadores es si un aumento de la temperatura global será un incentivo para que los árboles puedan crecer más allá del límite altitudinal actual.

patagonia

Uno de los especialistas, Alex Fajardo, doctor en Ciencias Forestales de la Universidad de Montana (Estados Unidos), desde 2007 decidió medir la respuesta de los bosques patagónicos de lenga (Nothofagus pumilio) al aumento global de temperatura en términos de tasas de crecimiento durante los últimos tres siglos.  Algo no tan difícil, considerando que una lenga promedio puede llegar a los 300 años, aunque muy por debajo de los 4 mil que puede alcanzar el alerce (Fitzroya cupressoides).

Lo que Fajardo quería probar es si el aumento de temperatura global efectivamente ha permitido a los árboles crecer más, especialmente a los emplazados a una mayor elevación, sabiendo que tales individuos están continuamente limitados por las bajas temperaturas.  Entonces, ante un aumento de temperatura global, la respuesta de los árboles debería ser un mayor crecimiento.

Para probar tal expectativa accedió a cierta información encerrada al interior de cada ejemplar.  Usando una técnica conocida como dendrocronología (estudio de los anillos de crecimiento en los troncos de los árboles) midió el crecimiento anual de las lengas localizadas a mayor altura en la montaña, durante los últimos 2 a 3 siglos.

Para ello, extrajo tarugos (verdaderos “testigos” de la influencia del entorno ambiental en las especies arbóreas) de cientos de individuos en el sector de El Fraile, cerca de Coyhaique, entre los mil y los 1.280 metros sobre el nivel del mar y en el área del portezuelo de la Reserva Nacional Cerro Castillo entre los 1.100 y los 1.300 msnm.  En cada tarugo Fajardo midió el incremento anual en el ancho de los anillos.

Concluyendo que “lo que pudimos comprobar es que aunque desde el inicio de la revolución industrial (mediados del 1800) se ha producido un aumento en el crecimiento de los árboles, este se detuvo hace 50 a 60 años atrás, justo cuando el incremento de temperatura global debió comenzar a tener efectos” explica Fajardo.  Tal constatación empírica contrasta con la lógica del cambio climático: los árboles se deberían beneficiar de una mayor temperatura.

Añadió que “esto indica claramente que aunque la expectativa que se ha planteado es que los árboles aumentarán su crecimiento por individuo, podrían haber efectos secundarios del cambio climático que estarían amortiguando tal proyección”.

 

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