Opinión

México en el exterior

Reconocimiento de Barack Obama al Presidente Enrique Peña Nieto, en Panamá, por las reformas logradas. Reportaje en el periódico español El País que nos ubica al frente, en materia económica, entre las naciones de habla hispana. Comentario favorable de Cristina Lagarde, presidente del FMI, al desempeño económico. Calificadoras de crédito, internacionales, otorgan mejor calificación.

En el ámbito internacional, el gobierno de Peña Nieto alcanza una calificación superior. Al interior, encuestas muestran percepciones contrarias.

¿Qué pasa?

Los números macro no convencen a los sujetos de la microeconomía; a la mayoría de los gobernados. Sus bolsillos no acusan el impacto de decisiones del régimen por más que se explique, por qué no hay respuestas inmediatas. Esto en lo económico. En lo político y social no alcanzan a superarse rezagos acumulados por décadas. La corrupción, endémica, en el sistema de gobierno, provoca falta de credibilidad que se traduce en ingobernabilidad que impide la aplicación plena de las acciones públicas.

En las últimas semanas ha ocurrido la detención de presuntos delincuentes cabeza de cárteles que tienen sometida a la sociedad. En crímenes de alto impacto, próximos al ser y hacer cotidiano, o en aquellos que pudieran parecer distantes a la vida diaria.

Los indicadores macroeconómicos lo muestran. México se mantiene en una situación de crecimiento económico posible. A pesar de circunstancias adversas en la economía mundial: caída del precio del petróleo; crisis en el conjunto de países de la Unión Europea; cambio climático; inestabilidad política en regiones estratégicas del mundo; conflictos bélicos en Asia, África, Europa; creciente acción del terrorismo.

Las perspectivas de crecimiento económico de México para este año y los que siguen parecen pobres. Sobre todo, ante las expectativas de la población. Pero son cifras de crecimiento al fin. Superiores a las de naciones de desarrollo similar al nuestro y aún de otras llamadas desarrolladas. Habría que revisar el concepto.

¿Qué pasa?

Pasa que la distribución del ingreso en nuestro país acusa una inequidad insuperada en el transcurso de años. Algunos que, supuestamente, debieron haber sido de bonanza de acuerdo a nuestro potencial se perdieron. Recuérdese aquello de que debíamos prepararnos para administrar la riqueza. Más acá, administraciones panistas, altos precios del petróleo sirvieron, entre otras cosas, para aumentar la alta burocracia y sus privilegios. El crecimiento del capital es desproporcionado frente a la pobreza creciente de la población. La inestabilidad social, una de sus consecuencias, está a la vista.

Entre otros fenómenos vemos que el empleo, suficientemente remunerado, indicador del bienestar, no aumenta en el rango requerido para satisfacer expectativas de progreso personal y familiar, en cantidad ni en calidad.

Ante la realidad actual, resulta evidente que cambios económicos y políticos, son necesarios para una transformación cuantitativa y cualitativa del país.

Estamos en el camino, afirman agentes y agencias internacionales, supuestamente más objetivas. Ojalá los hechos lo confirmen.

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