Opinión

Gobierno: Tres Poderes… Tres Órdenes

* Entre las opciones para presidir el PRD está el senador Armando Ríos Piter. Pareciera una buena alternativa. Si se tratara de abrir oportunidades a nuevas generaciones, el guerrerense cumple con una de las condiciones puestas sobre la mesa para elegir o decidir, según lo determinen los grupos que aún tienen el poder. Entiéndase, las tribus.

* Si los grupos que detentan poder, que no el poder, en el partido del sol azteca, depusieran su tradicional reclamo de posiciones al interior de la organización y en la selección de candidatos a cargos de elección y aún de puestos en gobiernos municipales y estatales ¿misión imposible? mucho cambiaría en el funcionamiento de esa institución.

* Los partidos políticos son instituciones de interés público, según lo establece la normatividad relativa. Están sujetos a leyes y reglamentos. La vigilancia de su cumplimiento se encargan el Instituto Nacional Electoral, en primera instancia, y el Tribunal Federal Electoral. Uno determina las sanciones y, en su caso, el otro determina su procedencia. La opinión pública, que algunos analistas pretenden representar, camina por otras veredas. Que se cancele el registro del Verde, claman los interesados en que tal ocurra. Pero la legislación no fija los procedimientos a seguir para que tal ocurra.

* Campañas anticipadas, gastos excesivos, incumplimiento en la rendición de cuentas, propaganda indebida, fraudes, procedimientos ilegales, financiamiento de origen ilegitimo, campañas negras, inequidad de género, candidatos inelegibles, violaciones estatutarias, me cayeron mal, no los soporto, tienen cara de delincuentes, tienen antecedentes oscuros o francamente delictivos. Lo que sea, hay que echarlos fuera. Seguramente, a algunos habrá que impedirles el paso electoral, pero el primer filtro debe, o debiera ser la voz ciudadana expresada en el voto.

* Los partidos tienen el derecho de elegir a sus dirigentes y a sus candidatos según lo establezcan sus estatutos. Es a su militancia la que tiene la capacidad de decir quién a qué. Si a alguien no le gusta el voto ponderado que presenta a los órganos de gobierno a los seleccionados, no le queda más que mostrar su inconformidad retirando su adhesión a su simpatía. Ejemplos de ello los hay muchos, sobre todo en los últimos tiempos. Sobre todo cuando los inconformes eran aspirantes a algo. Arturo Núñez, gobernador tabasqueño por el PRD. Se enojó porque su partido de origen no lo escogió y se fue a otro. Fue su decisión, respetable para algunos, no para otros, sin embargo su ambición pragmática fue satisfecha.

* En el PRD de ahora quienes se inconformaron con candidaturas, acuerdos, procedimientos formaron un nuevo partido. ¿Traición? Quienes salieron en forma abierta no incurrieron en ella, creo. Los que permanecieron agazapados simulando lealtad a sus colores y desde ahí operaron en contra, sí merecen el calificativo de desleales. Quien traiciona una vez siempre será un traidor ¿Será cierto? Los hechos habrán de corroborarlo.

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